Castilla y León

Ahogamientos y malas zambullidas, las amenazas del verano

De ahí que, un año más, Cruz Roja y Aspaym emprendan su particular cruzada para adelantarse a estos accidentes. Porque aún, cada año, el Hospital da Parapléjicos de Toledo ingresa una media de siete personas con lesión medular por una peligrosa zambullida. Arrancan así su campaña de prevención 2024 ante la apertura generalizada de las piscinas públicas y privadas y el aumento de actividad acuática en playas, ríos y pantanos. Y lo hacen de la mano del citado complejo asistencial especializado en estas lesiones, centro perteneciente al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, junto con la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) y la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

Y la otra gran amenaza son los ahogamientos. Se dan todo el año pero hay más tentaciones en verano de adentrarse en zonas desconocidas o pelígrosas. Y no son pocas, el año pasado, en los doce meses, Castilla y León sufrió 16 muertes por asfixia en el agua de las 422 de toda España y 13 de 394 el año anterior. Algún año, como el 2019, llegó a los 28 casos. Y este 2024, ya hasta cerrar mayo suma siete de 137 en todo el territorio nacional, según los datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

En Castilla y León, el mayor porcentaje de estos accidentes los acumulan los ríos. Varía cada año, pero siempre encabezan porcentajes, entre el 46% y hasta el 79% en 2015 de los mismos se producen en estas corrientes que pueden resultar muy traidoras. El 18% habitualmente tienen lugar en piscinas, el resto de reparte entre otras zonas de baño como lagos y pantanos. La inmensa mayoría se producen en espacios acuáticos sin socorrista, aunque hay alguna excepción. Lo habitual es que sean españoles;pero también hay cada ejercicio extranjeros que además tienen el riesgo de desconocer más la zona y sus peligros. También son más los hombres las víctimas que ahogamiento que mujeres, ocho de cada diez, ligado a la asunción de más riesgos.

También los varones son las víctimas más habituales en las malas inmersiones, en eso de tirarse de cabeza al agua. «Las lesiones medulares por zambullidas son eventos trágicos pero prevenibles. Con educación, precaución y respeto por el entorno acuático, podemos disfrutar de actividades recreativas seguras y evitar consecuencias devastadoras», destacan las diferentes entidades.

Además, subrayan que lanzarse al agua en zonas «poco profundas o desconocidas es una de las principales causas» de este tipo de afectación que puede dejar postrada a una persona en silla de ruedas para el resto de su vida. «Una zambullida mal calculada puede llevar a un impacto violento de la cabeza contra el fondo, causando fracturas cervicales y daños severos a la médula espinal. Las consecuencias pueden incluir parálisis parcial o total, pérdida de la sensibilidad y control motor, y una necesidad de asistencia de por vida».

Bajo el lema de 'Con cabeza sí, de cabeza no', tendrá especial protagonismo en redes sociales con los hashtag #Zambullidas2024, #ConCabezaSí y #DeCabezaNo, y mensajes que recuerden a los bañistas la importancia de la observación y la prudencia para prevenir una lesión medular como consecuencia de una inadecuada zambullida.

Según datos facilitados del último balance de ingresos por la directora médica del Hospital Nacional de Parapléjicos, Mónica Alcobendas, el año pasado fueron siete zambullidas, todos varones, todas lesiones de C4 a C6, 4 de ellas completas motoras, edad con rango de 15 a 44 y una media de 32 años. Se trata de lesiones medulares severas con gran repercusión funcional que ocurren en personas jóvenes y que podrían haberse evitado. Por ello es de vital importancia la concienciación siendo básicas las campañas de prevención porque la mejor lesión medular es la que no se produce», afirma la doctoda Alcobendas.

El año anterior también fueron siete los accidentes ed estas caracerísticas.

Desde la Federación Nacional ASPAYM, su presidenta Mayte Gallego reitera lo crucial que resulta «no excederse en las confianzas a la hora de zambullirse, sobre todo cuando no se conoce el fondo», y ser prudentes «lanzándonos siempre con las manos por delante».

Desde la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, Francisco Cano Noguera, director de Prevención y Seguridad, hace un llamamiento a la prudencia y conciencia de los riesgos, donde «la responsabilidad individual de cada persona desempeña un papel crucial para evitar accidentes».