Tallarines con atún y rúcula

La pasta, en este caso tallarines, se cuecen en una cazuela grande con agua y una pizca de sal siguiendo las indicaciones del fabricante. Es importante que el recipiente sea amplio y mantener la proporción de de agua por pasta que se establece en cinco litros por kilo de pasta y no hace falta añadir aceite porque eso dificultará que los tallarines absorban cualquier tipo de pasta que se pueda añadir posteriormente.

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Por otro lado, en una sartén con un chorrito de aceite se echa un diente de ajo picado. Cuando esté crujiente este ajo se añade a un bol donde estará el atún desmigado y escurrido. Se mezcla bien y se le añade un poco de rúcula.

Luego, se sazona con pimienta y un poco de sal y se añade el jugo de un limón y un poco de su ralladura. Cuando la pasta esté lista, se escurre bien (no hace falta pasarla por el agua del grifo) y se le añade esta mezcla, se remueve con cuidado y se sirve.

Para la presentación se pueden añadir unos brotes más de rúcula y un poquito de aceite de oliva virgen extra. Hay quien no perdona el parmesano con todo tipo de pasta así que si tienes a mano lo puedes servir rallado en otro bol aparte por si alguien desea servirse.