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Es una versión casera y saludable de estas tradicionales bolsas de snacks que tanto gustan, pero están cargadas de calorías y aditivos. Además, es una buena fórmula para utilizar las sobras de pasta cocida que han podido quedar del día anterior. Y es que tradicionalmente, ... somos demasiado generosos a la hora de calcular el volumen de pasta que vamos a comer. Para completar las virtudes de la receta, es obligado recalcar que es prácticamente imposible encontrar una elaboración más sencilla y fácil de hacer.
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Para la elaboración, lo ideal es utilizar espirales de pasta, pero también se puede ajustar con alguna otra modalidad. La pasta cocida se rocía con un poquito de aceite y luego se añade una cucharada de pimentón dulce. Con una cuchara se remueve para que se integren a la perfección los condimentos con la pasta. Paso seguido, se coloca un papel de horno en la freidora de aire y se sitúan allí las espirales. Se introduce diez minutos a 200 grados. También se puede optar por hacerlo en el horno, en un formato similar. Sea cual sea la alternativa, el resultado sorprenderá a los paladares, que disfrutarán del crujiente sabor de esta original propuesta. Hasta los más torpes en la cocina, incluso los más pequeños, serán capaces de sacar adelante una elaboración tan sencilla y tan fácil de hacer. Una vez que se prueba, se convierte en un imprescindible, incluso como propuesta de picoteo en una merienda o cena informal. ¿Te atreves?
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