De tapas y pinchos por Valladolid

Una oreja a la gallega en un pequeño rincón de Delicias que nació en 1983

Genovena, su fundadora, vino desde Galicia hace más de 40 años para trasladar la gastronomía de su tierra a este pequeño local de Valladolid

Diego Fernández

Valladolid

Viernes, 27 de diciembre 2024, 08:06

Aquí la gastronomía gallega es la gran protagonista. Comida casera, clásica y con una amplia variedad. El histórico Nuevo Pitufo es de esos pequeños rincones que invitan a disfrutar de una buena noche de tapas sin necesidad de ir al centro ni a lugares con grandes aglomeraciones. Situado en el barrio de Delicias en la calle Sevilla, este local es ya un histórico de la ciudad que nació hace más de 40 años.

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Concretamente abrió sus puertas en julio de 1983, cuando Manuel y Genovena, un matrimonio joven de origen gallego, comenzó su andadura en el entonces Bar Pitufo, con el objetivo de ofrecer a sus vecinos del barrio aquellas recetas familiares típicas de la tierra con las que se criaron y que tantos años después, elaboran con la misma ilusión que el primer día. Sin perder ese tan característico acento, Genovena continúa ayudando en la cocina en el reformado bar llamado ahora Nuevo Pitufo.

Entre sus especialidades se encuentra un clásico de la casquería como es la oreja a la gallega. No hay día que no la prepare, pues los clientes no pueden resistirse. «Tiene muy buena mano en la cocina, yo voy con mis amigos del barrio a comer todas las semanas y a jugar la partida», comenta un cliente habitual ya jubilado que viene aquí encantado todas las semanas.

Con un poco de aceite y pimentón para aportar un sabor más potente, Genovena tiene listo en muy poco tiempo una deliciosa ración cuyo producto viene desde Orense y que es ideal para compartir por 6 euros. Pero la historia de este matrimonio gallego no es tan sencilla. Ambos probaron suerte primero fuera del país, primero en Francia y después en Alemania, para en 1975 regresar a España.

Y su estancia en Valladolid no estaba ni mucho menos planificada. Genovena se dirigía de Madrid a Galicia pero, durante el trayecto, pararon en la capital del Pisuerga para visitar a uno de sus hermanos. Quedaron tan encantados con la estancia y con el ambiente de la ciudad que aquella visita les hizo replantearse su futuro. Finalmente, Valladolid se convirtió en su nuevo hogar.

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Ya en 1983 cogieron el traspaso del bar cuyo nombre decidieron no cambiar, pues todo el barrio ya lo conocía como el Pitufo. Por aquel entonces, estaba situado junto al mercado de Delicias, lo que les garantizó a diario una buena oleada de clientes en busca de buenas raciones de comida para coger fuerzas antes de continuar con el trabajo o hacer la compra.

Aquí, además de la oreja, los pimientos rellenos, sepia o callos son habituales de ver en las mesas a diario, con Víctor Manuel, hijo de Genovena, ahora al mando de un bar que es ya todo un clásico no solo del barrio, sino de la ciudad, al que acuden vecinos de muy diferentes zonas a disfrutar de comida casera, de calidad y con cocineros experimentados.

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