Calzone de jamón, queso y tomate

El calzone es una especialidad muy parecida a la pizza, pero con una característica forma de media luna, aunque también la encontramos redonda. Se rellena con salsa de tomate e ingredientes a tu elección, desde los más clásicos mozzarella y jamón, hasta champiñones y salchichas, salami, verdura, pollo, verduras y una amplia variedad de quesos.

Primero en un bol se tamiza la harina, se mezcla con la levadura y se vierte el agua poco a poco y se va mezclando para que la harina absorba el líquido. Luego se añade la sal y el aceite y de nuevo se mezcla todo. A continuación, se trabaja la masa unos minutos con las manos esta masa hasta darle forma de bola. Se deja en un bol o plato hondo y se cubre con un paño y se deja reposar durante media hora. De nuevo se doblan unos pliegues, se tira del un lado sobre sí mismo y se repite en la misma operación en los cuatro lados y de nuevo se deja a reposar otros veinte minutos. Se echa un chorrito de aceite en el bol y de se coloca la masa para dejarla reposar durante hora y media.

Transcurrido ese tiempo se divide la bola en dos o cuatro más pequeñas, se cubren con un paño y se deja reposar un par de horas más. A la hora de trabajar la masa se espolvorea la mesa con un poco de harina y se extiende bien la masa y se coloca en una bandeja de horno con papel pergamino.

Luego toca poner el relleno, se extiende la pasta de tomate o salsa de tomate sobre la mitad de la superficie, un poco de orégano, jamón y queso mozzarella y un chorrito de aceite de oliva virgen. A este relleno se le pueden añadir champiñones o pollo o salami u otros ingredientes. Se cierra la masa y se sellan los bordes dándole forma con la mano o dibujando unas líneas con el tenedor, como si fuera una empanada gigante.

Se hornea durante 20 minutos a 220 ºC hasta que se doren y listo. En cuanto a la historia del calzone, el de Lecce es muy popular y también el de Bari porque en esta ciudad es habitual la comida denominada callejera. Al parecer el origen data del siglo XVI.