El arzobispo de Burgos lamenta que las monjas de Belorado sigan sin cogerle el teléfono

Desde el principio de la polémica, el Arzobispado de Burgos señaló que el cisma de las religiosas burgalesas se cimentaba, en realidad, en un asunto económico e inmobiliario, extremo negado por el ahora portavoz de las religiosas, José Ceacero.

El Arzobispado asegura que su postura no ha cambiado y manifiestan que les gustaría hablar con las monjas de Belorado. De hecho, el 13 de mayo fue cuando se hicieron públicos una carta y un manifiesto firmado por la abadesa de la congregación, pero estos documentos no los ha recibido el Arzobispado de forma oficial y fehaciente. Los recibió el arzobispo pero reenviados por un sacerdote.

El Arzobispado sigue rechazando las acusaciones de este manifiesto firmado por sor Isabel. Señala que esta lo firma en nombre de todas las hermanas, pero no han podido contrastar esta unanimidad y les gustaría verificarlo, pero las monjas no le han cogido el teléfono.

Rechaza el Arzobispado las acusaciones de ese manifiesto y, con respecto a la licencia de venta del monasterio de Derio, propiedad de las clarisas de Belorado desde abril de 2013, cuya comunidad fue trasladada al monasterio de Orduña en octubre de 2020, aseguran que no es competencia del Arzobispado de Burgos ni del de Bilbao, tampoco de la presidenta federal y que tampoco se ha recibido ninguna comunicación ni petición a este respecto.

«Ni los 'pastores' (término genérico utilizado por el texto) ni la presidenta federal son competentes para impedir los pagos ni para rescindir el contrato de compraventa, que es competencia de las partes contractuales», explica el Arzobispado.

El terremoto religioso se originó tras la publicación del manifiesto de 70 páginas. Sor Isabel explica en él que su congregación ha visto «que todo esto no era más que una farsa y después de 40 años no queda ni rastro de lo que ha sido la Iglesia Católica». Además, en la entrevista concendida en Telecinco explicó que las monjas están «defraudadas» con la «usurpación» del Papa Francisco, a quien no reconocen en su cargo.

Una vez más, han insistido en que Pío XII es el último papa que reconocen, por lo que el puesto para ellas está vacante en el Vaticano desde su muerte. Eso sí, pese a todo han querido defender que no son «retrógradas» y que su vida en los preceptos de la Iglesia Preconciliar «es compatible con la familia, los amigos y con la gente».

Aún así tampoco han dudado en criticar duramente al obispo de Bilbao, Joseba Segura, al que consideran «un hereje» por fomentar encuentros entre católicos y musulmanes en las jornadas que se han desarrollado en Bizkaia los últimos años. Las monjas se han unido ahora a un obispo excomulgado por el actual arzobispo de Burgos, Mario Iceta, Pablo de Rojas. Obispo nombrado a sí mismo y lider de un grupo religioso que la Iglesia considera secta.