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Isabel Martín
Ávila
Jueves, 9 de mayo 2019, 11:22
El jurado popular del juicio contra Jonathan de la Fuente, que degolló a Mónica Berlanas en el domicilio conyugal de Arévalo, ha considerado probados los cargos de asesinato de Mónica con la agravante de alevosía.
La lectura pública del veredicto tuvo lugar la madrugada ... del jueves, tras una deliberación de unas nueve horas, tres jornadas de juicio oral, de mañana y tarde, numerosos testigos y peritos y la declaración final, sin preguntas, del acusado. Tras todo ello, los seis hombres y tres mujeres que componían el jurado dieron a conocer el fallo declarando finalmente al acusado culpablede asesinato con alevosía. También le culpan de un delito de maltrato en el ámbito familiar sobre su hija.
Los miembros del jurado no apreciaron «ninguna circunstancia modificativa de la responsabilidad», según indican fuentes de la Audiencia Provincial, a excepción de la mencionada alevosía, razón por la cual se ha declarado a De la Fuente culpable de asesinato, y no de homicidio.
Por otra parte, el jurado se mostró contrario a que al acusado se le fuera concedido el indulto o le fuera suspendida la condena.
La votación no fue unánime, ya que hubo ocho miembros del jurado que estaban a favor de la condena por asesinato y uno, en contra. Para que el acusado fuera declarado culpable o inocente se necesitaban siete votos.
Será ahora el magistrado que lleva el caso, Miguel Ángel Callejo, quien proceda a determinar la sentencia y la ejecución de la misma.
Los hechos que se han juzgado esta semana en la Audiencia Provincial de Ávila se produjeron el 6 de octubre de 2016, cuando el acusado, Jonathan de la Fuente, degolló a su esposa, Mónica Berlanas, en el domicilio de ambos. El acusado se entregó a la policía cuando los efectivos se presenciaron en la casa y encontraron a la mujer muerta en el pasillo junto a su hija, que entonces tenía tres años, junto a la cabeza de su madre.
La portavoz de la familia de Mónica Berlanas, Concepción Cuadrado, ha explicado que la familia está «medianamente contenta» ya que piensan que, además de la alevosía, también concurrieron las agravantes de premeditación y ensañamiento.
Consideran que las conversaciones que tuvieron a lo largo del día, que grabó el propio Jonathan y que luego envió a los padres de Mónica, «demuestran» que hubo premeditación y creen que en el juicio se ha probado que la casa «era una ratonera». Asimismo consideran que el ensañamiento queda «probado» por las heridas de cuchillo que el acusado infirió a la víctima en el rostro y que, según explicó Concha Cuadrado, «no eran necesarias» e «intentó desfigurarla».
La familia está pendiente de que el juez dicte sentencia y espera que tenga en cuenta el parentesco y «que la niña estuviera presente» durante el desarrollo de los hechos.
Según explica Concha Cuadrado, tras la lectura del veredicto en la Audiencia Provincial de Ávila, la hermana de la víctima, María José, se levantó en la sala y se dirigió al acusado diciéndole que «ya le podía llamar asesino» y que «dejara de llorar», ya que «sabemos que no está arrepentido por lo que hizo», explicó Cuadrado, y que sus sollozos en la declaración que el acusado hizo el día anterior eran «lágrimas de cocodrilo». Del mismo modo se ha pronunciado María José en sus perfiles sociales.
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