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Especial cinco años de la pandemia
Más autocuidado solidario de la salud y nuevos hábitos en el consumoPrimero nos cerró en casa y, desde ese momento, cambió nuestra visión del mundo y dejó muescas. Unas cuantas, aunque muchas hayan quedado latentes. La pandemia, ya lejana en el recuerdo para muchos y aún presente en las vidas de otros tantos, ha modificado costumbres y dibujó nuevos hábitos de vida. También dejó vestigios físicos en espacios de trabajo o edificios administrativos. Un ejemplo, si usted entra en Usos Múltiples aún podrá ver en algunos pasillos las flechas que le indicaban por dónde circular para evitar acercamientos indeseados cuando el bicho estaba a pleno rendimiento.
Aún se mantienen esas mamparas en mostrador de préstamos entre los trabajadores y lectores de la Biblioteca de Castilla y León y en algunos centros de salud de la ciudad, en las salas de espera, resisten unas pegatinas que indican que hay que sentarse de forma alterna -uno sí y uno no- para mantener la distancia de seguridad. Son huellas, ahora sin importancia, pero que convendría recordar. Por lo que pueda pasar.
En el Ayuntamiento, al igual que en otras muchas instituciones, comercios o centros educativos, se ha pasado página. «Nosotros hemos recuperado en gran medida la normalidad, retirando mamparas y otros elementos que se incorporaron entonces. No obstante, desde el Servicio de Salud Laboral se llevan a cabo campañas de sensibilización para recordar la importancia de evitar el contacto con personas que presenten posibles síntomas y también se insiste en fomentar hábitos saludables», explica el concejal de Hacienda y Personal, Francisco Blanco. En el Consistorio se vacuna de la covid todos los años a los empleados municipales que lo deseen, además de tener a disposición de los funcionarios mascarillas como medida de prevención.
Rafael Martínez, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid, las vendió entonces a miles, al igual que sus compañeros de profesión. Cinco años después aquella demanda disparada, cuando este personal sanitario era primera línea en el frente de la batalla, se ha pasado a una venta «residual», pero hay algo que Martínez valora como positivo. «La gran mayoría ha asumido esa buena costumbre de que cuando estás acatarrado o te encuentras mal, te pones una mascarilla para no contagiar a nadie. Incluso si lo ves conveniente compras un test, ese autocuidado y esa precaución con nuestros vecinos, impensable antes, afortunadamente se ha quedado, aunque la venta de estos productos sea ahora estacional», explica.
El responsable colegial espera que lo aprendido sirva. Que se quede en el equipaje de lo colectivo de cara a otras posibles alertas sanitarias. «Es bueno tenerlo en la memoria, porque hay virus como el de gripe aviar, que está dando mucha guerra; ya ha dado el paso al salto entre especies; afecta a vacas lecheras a gatos... y por supuesto a humanos, lo que pasa que, en principio, no es demasiado patógeno», apunta.
Los miedos de 2020 han virado algunas costumbres. En el ocio y también en lo doméstico. Respecto a lo primero, Jaime Fernández, presidente de la Asociación de Hosteleros, llama la atención sobre un aspecto. «¿Quién nos iba a decir hace años que la gente iba a preferir tomarse un café en pleno noviembre en el exterior de un bar en una ciudad como Valladolid?».
Las terrazas, que fueron salvación para un sector muy español afectado por cierres intermitentes y restricciones variables, colonizaron las calles para quedarse. Tantas -se han llegado a las 1.500 cuando la cifras prepandemia las dejaban en 900- que ahora el Ayuntamiento anuncia un plan para reordenarlas. Fernández añade otro cambio en la forma de alternar con amigos o familia. «Esas cenas de antes con unas copas después se han adelantado al llamado tardeo; la gente ahora va a comer y después continúa para retirarse antes a casa. Las cenas han bajado y eso ha afectado al ocio nocturno, aunque la actividad se ha compensado», expone.
También ha tenido reflejo a la hora de comprar una vivienda. Según confirma Gonzalo Jolín, presidente de Aspriva, la búsqueda de pisos con terraza e incluso con una habitación para que haga las funciones de despacho ha ganado enteros desde hace cinco años. Tener espacios de respiro es un plus ante posibles clausuras, según se desprende de esta creciente tendencia en el mercado inmobiliario. «Desde 2020 también ha repuntado la venta de chalés unifamiliares», apunta Jolín
El tomar distancia, el 'de la tienda a mi casa' o 'del restaurante a la mesa de mi comedor', ha ganado peso desde que la covid nos apartó de escaparates y restaurantes. Los últimos datos del INE sobre el comercio electrónico así lo acreditan. En 2024, el 68,9% de la población española de entre 16 y 74 años realizó compras por Internet. Un porcentaje que en Castilla y León es del 62,6%. En 2019, año previo a la pandemia, era el 44,1%. Los datos revelan que 1,7 millones de castellanos y leoneses compran ahora activamente a través de Internet.
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En el caso del denominado 'delivery', el servicio de comida y compras a domicilio, en España se ha consolidado como una alternativa cada vez con más fuerza. En 2024 el sector cerró unos ingresos de casi 8.000 millones de euros frente a los 3.170 del año en que la covid hizo estragos. De este montante, 1.290 corresponden a comida y 5.990 a otros artículos cesta de la compra, según los datos contenidos en el informe Gastrómetro de Just Eat, que no desglosa los datos por comunidades. Y todas estas transacciones con el papel protagonista del pago con tarjeta, que gana terreno al dinero en efectivo, sobre todo entre las generaciones más jóvenes.
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