Expertos caninos, sorprendidos por el ataque tan brutal y en manada de Roales

Tras lamentar profundamente la muerte de Arancha Corcero, esta profesional cree que detrás de una conducta de esta características es muy importante, básico, analizar al dueño: la educación y pautas que ha dado a sus perros, así como el manejo habitual de los mismos: si los dejaba solos y sueltos, su relación con ellos, si incentivaba o no su actitud agresiva... «Faltan datos», insiste.

Coincide con ella otro veterinario vallisoletano consultado por este periódico. «El suceso no guarda relación alguna con una conducta habitual de un perro de guarda como el mastín o un conductor de ganado como el carea leonés; se debería considerar como un hecho completamente aislado», señala. Y, a continuación, plantea algunas preguntas que podrían ayudar a explicar el suceso. «¿El grupo está formado por machos y hembras sin esterilizar? La época de celo puede influir en determinadas respuestas de un animal social como el perro», apunta.

También se pregunta cómo actuó la víctima. «La reacción de una persona intimidada por la proximidad de un perro en actitud agresiva puede ser salir corriendo, lo que incentiva el instinto del animal o la jauría a la persecución de lo que ellos interpretan como su potencial enemigo; esa intimidación inicial puede transformarse en una agresión de consecuencias fatales, como en este lamentable caso», señala.

Ninguna de estas dos razas está incluida en el catálogo oficial de la Junta de Castilla y León como «potencialmente peligrosa», que obliga a tomar ciertas medidas de seguridad para su manejo, lo que da la idea que, en principio, su etología no está marcada por la agresividad. El propio alcalde de Roales del Pan apuntaba este martes la posibilidad de que esta jauría hubiera tenido un encontronazo reciente con los lobos que merodean por esa zona y que esa circunstancia les hubiera llevado a estar más nerviosos y alerta ante desconocidos.

Elena Laguno hizo un llamamiento para que la gente de la zona «no entre en pánico». De momento, los perros están a buen recaudo y custodiados en instalaciones de la Junta de Castilla y León. Será el juez el que determine su futuro, que podría ser su sacrificio.