Roja

Equipo

Cuando empezó la Eurocopa, solo dos de nuestros seleccionados, Rodri y Carvajal, estaban entre los mejores de Europa. De hecho, el portero suplente alemán, Ter Stegen, ofrecía más garantías que Unai Simón. Pero el combinado de Luis de la Fuente nos mostró lo que con frecuencia olvidamos: el fútbol es un deporte de equipo. Y España ha ganado y ha asombrado a Europa porque ha sido el mejor. En los últimos años nos hemos convertido en una potencia mundial en deportes de equipo, tanto en categoría masculina como femenina. Para los Juegos de París hemos clasificado a 11 equipos, solo superados por Estados Unidos (13) y Japón (12). Si somos tan buenos cuando luchamos juntos, ¿por qué no nos aplicamos esta lección para, todos unidos, crear un país mejor, olvidándonos de localismos y rencillas geográficas?

 Tone González Fernández. A Coruña

La Roja, campeona

Otra vez, y van cuatro. Quizás sea esta la mejor selección de todas ellas por cómo han llegado al final del campeonato. También la más plural, la más diversa y multirracial. Se preguntarán los políticos, ¿cómo se hace esto? Señorías: escuchen al seleccionador en Cibeles... ¡y copien! ¡Hagan piña! Y si entre todos no saben llevar una nación, como así lo demuestran cada semana, hagan deporte. Aprenderán valores de los que ahora carecen.

Rafa González Merino. Irún (Gipuzkoa) 

+ ¿Por qué la he premiado?

Por el recuerdo, el amor y la reivindicación de la sonrisa, ese don divino.  

Un 17 de septiembre de 2017, sobre las 18 horas, se fue aquel hombre del siglo pasado que para mí fue un héroe, como dice Antonio Orozco en su canción Mi héroe. Fue duro despedirse de ese ser que me dio la vida y, a la vez, toda la fortaleza como legado. Te cogía de la mano en las salas de espera de los fríos hospitales de Granada, te acompañaba y siempre respondías con una sonrisa y unos picarones chistes como ese que dice «sal, conejito, sal, sal que ya es hora, tengo el chocho pelado, no puedo ahora». Y, desde aquí, en este hospital de reposo, te digo que me das ánimos para seguir adelante, tú fuiste el único que creyó en su primer retoño defectuoso. No solo me diste la vida, sino una gran enseñanza de vida: vivir y luchar contra viento y marea. Ambos sabemos lo que hemos sufrido juntos. Te fuiste en mis brazos y te agradezco que me eligieras a mí para tu último aliento. No me importa tener depresión por haberte cuidado, fuiste lo mejor del mundo para mí y he de decirte que, por fin, he conseguido decirte adiós después de siete años. Te quiere y siempre te querrá tu hija Mar.

María del Mar Serrano Muñoz. Granada

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