Secciones
Servicios
Destacamos
SANTIAGO DE GARNICA
Domingo, 2 de octubre 2022, 20:03
Coches, camiones, tractores, furgonetas, motos…, hasta cerca de quinientos vehículos de motor, pero, por encima de todo, cerca de quinientas historias llenas de amantes de las historias de vida, de las aventuras humanas vinculadas a todos ellos. Como la de ese dueño de un Citroën GS de 1977 que, ante el comentario sobre el perfecto estado de su coche, que lejos de mostrar huellas de sus 45 años, ofrecía el aspecto de recién estrenado el soleado primer domingo de octubre, exclamaba: «Mi tío, su primer dueño, se merecía que lo mantuviera así».
O la del palentino Luis Ángel Martínez del Pico, que contaba entusiasmado cómo su Rolls 20/25, «construido en 1934 y matriculado, curiosamente, el 1 de enero de 1935», tenía regulador manual del avance, o cómo había recuperado un carburador comprado en Canadá y puesto a punto por un mecánico de Bilbao. O Miguel Ángel Rubio Peña, que arrancaba una y otra vez el motor de dos cilindros de su tractor John Deere de los años veinte para que lo escucharan los aficionados. Sonido totalmente opuesto a los de los V8 de los Ferrari de José Antonio Martín o de los enormes motores de los Chevrolet Corvette que aparcaban enfrente de los de Maranello, todo ello muy distinto a los bicilíndricos de las BMW de los años cincuenta o del pequeño mono cilíndrico de un Vespino que en los sesenta llevaba a su dueña a la facultad. Choque de épocas, marcas, géneros, modelos prestigiosos o más humildes.
Y de aficionados de muy diferentes edades. Isidre López, responsable de Coches Históricos de Seat, comentaba cómo le llamaba la atención en esta cita organizada por El Norte de Castilla, la presencia, tanto como participantes o como público, de mucha gente muy joven, no solo de 'veteranos' aficionados.
Y, precisamente, entre los conductores de los cinco coches traídos por la marca española (850 Spider, 124 coupé, 127, 128 y Ronda) estaba Jesús Bonilla, director de 'Motor Clásico', referencia del sector, que no dudaba destacar que le «impresionaba» la cantidad de vehículos y el ambiente. Al igual que otro de los conductores de coches de esta colección, el piloto de clásicos Carlos de Miguel, que mostraba su asombro por la variedad y calidad de lo que veía.
En esta variedad, cabe destacar el incremento notable de vehículos industriales, desde el precioso camión Fiat Colonial de los años de nuestra Guerra Civil, propiedad de Luis Misiego, colaborador infatigable de esta cita y con más de cinco décadas de experiencia en concentraciones de clásicos en Valladolid (hace medio siglo organizó el primer rallye de clásicos en Valladolid, en época del alcalde Bolaños, y con Ramón de la Pisa), hasta el espectacular American General militar del año 1971, de Eugenio Muñoz, pasando por los impecables Avía del año 1979 de Rodrigo Izquierdo o la pequeña pero impecable furgoneta Citroën 2 CV de 1955, del segoviano Jesús Sancho .
Y no se puede dejar de lado el ómnibus Chevrolet, restaurado y presentado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril, de la mano de su presidente Eugenio Moreno, que hacía el servicio entre la estación de Medina del Campo y el balneario de Las Salinas, entre otros.
Pasión, afición y orgullo. Pero un orgullo responsable, unas ganas de mostrar los vehículos, fueran los dos Cadillac, enormes y espectaculares de Javier Cándido, un Seat 600 o un pequeño Voisin Biscuter, una Vespa o una Puch Minicross.
Esas ganas de mostrar no por presunción, sino por deseo de compartir historias, anécdotas, aventuras en busca de una pieza, o de restauraciones imposibles. Y en este deambular entre coches, motos y camiones, los encuentros inesperados con Mario Occhiuzzi, que ofrecía, tres motos: una Harley Davidson, una Royal Enfield y una Douglas, junto a una pieza única: el primer surtidor de gasolina, del año 1914, ya que anteriormente se compraba la gasolina en farmacias…
Noticia Relacionada
Y al final, el equipo organizador se retiraba con la satisfacción de sentir en este Valladolid Motor Vintage 2022, una gran convivencia, ausencia de anteojeras o barreras y, en definitiva, una grata tolerancia en estos tiempos de cambio. Organización que fue posible gracias al patrocinio del Ayuntamiento de Valladolid, Mapfre, Fundación Michelin y Lexus y la colaboración de Coca-Cola y Rock on Wheels España.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.