«Todos pensamos que podía haber hasta treinta personas atrapadas»

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El aviso de la explosión hizo que Luis Miguel se temiera lo peor. En ese edificio había una docena de viviendas y, si todos sus moradores se encontraban en el interior, la tragedia tenía visos de ser enorme. «Todos pensamos que podía haber hasta treinta personas atrapadas. Afortunadamente, no ocurrió eso», indica el coordinador del operativo, quien trabajó desde un inicio pensando que el número de personas afectadas podía ser muy superior al que finalmente fue. «Teníamos localizada la vía de salida más rápida para los hospitales y también la manera más directa de regresar, para volver cerrando lo que nosotros llamamos una noria de evacuación», añade.

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Y mientras Luis Miguel Muñoz coordinaba, Jesús Alonso estaba a pie de calle, pisando los escombros. «Los bomberos sacaron a la fallecida y la llevamos al anatómico forense», desvela Jesús, que en aquella época era voluntario de Cruz Roja y asegura que su trabajo desinteresado le ha aportado mucho en lo personal. «Sientes que estás ayudando a gente en un momento muy complicado y eso es muy gratificante», añade.

Luis Miguel Muñoz comenzó su labor de voluntariado en Cruz Roja en el año 1988 y, a día de hoy, aún sigue en activo. Tras 35 años de experiencia, este hombre asegura que la explosión en la calle Cardenal Cisneros es una de las intervenciones que más le han impresionado. «Es una de las más complicadas en las que he estado. También recuerdo el incendio de la discoteca 77, el accidente de la A-62 en el que fallecieron nueve personas o el tiroteo de la calle Arca Real», indica Muñoz, que recuerda perfectamente lo que sintió cuando entró en el edificio tras la deflagración. «Fue un desastre. El edificio aguantó por fuera, pero cuando entrabas dentro te dabas cuenta de que se hundió entero, literalmente», rememora Luis Miguel, que espera no tener que enfrentarse a algo similar nunca más.