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Los operarios municipales han tenido que multiplicarse en los últimos días para retirar, trocear y triturar las ramas y troncos derribados por el temporal que sacudió a finales de la semana pasada la capital y que dejó la friolera de 68 árboles caídos, en ... su mayoría pinos y cipreses, ejemplares todos ellos «de hoja perenne que resisten peor los envites del viento», sobre todo, en espacios abiertos de barrios como Parquesol o Huerta del Rey, los más damnificados por el vendaval que acompañó al paso de las borrascas 'Elsa' y 'Fabien', según explica el director del Servicio de Parques y Jardines, Ángel Asensio, quien estima en más de 100.000 euros los daños causados por el temporal. Tanto por el viento como por las crecidas de los ríos que, en el caso del Pisuerga, anegaron por completo el entorno de la playa de Las Moreras, hasta alcanzar el aparcamiento disuasorio del paseo de Marcelino Martín 'El Catarro'.
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Y será este viernes, una vez que las aguas del principal río de la capital han vuelto definitivamente a su cauce, aunque el Pisuerga mantiene aún un notable caudal estabilizado en torno a los 300 metros cúbicos por segundos (la alerta se sitúa en 619), cuando los operarios municipales de Limpieza y Parques y Jardines tomen el paraje de Las Moreras, entre los puentes de Isabel La Católica y Mayor, para retirar el lodo acumulado en los paseos, las pistas deportivas y el aparcamiento.
El caudal del Duero ha descendido este jueves de forma notable en todas las estaciones de medición de la provincia hasta el punto de situarse ya por debajo de los niveles de alerta con una tendencia claramente descendente después de experimentar dos picos, uno causado por la crecida del Pisuerga (el lunes) y otro (el miércoles) fruto del desembalse en la cabecera. El río arrastra ahora un caudal de 130 metros cúbicos por segundo a su paso por Herrera de Duero (justo antes de adentrarse en la capital por Puente Duero), por debajo ya de su nivel de alerta (150), y de 587 en San Miguel del Pino (a partir de 600). Las dos puntas de los últimos días dejaron parques anegados en localidades como Tudela o Tordesillas o la chopera inundada en Puente Duero.
Allí, una vez que fueron transitables los paseos inferiores a los pies del puente de Poniente, se han afanado este jueves los voluntarios de Los Amigos del Pisuerga en limpiar el palomar que resultó anegado por la crecida. El agua, eso sí, aún cubría ligeramente el caminito que discurre desde este punto hacia la playa y por eso continuaban acordonadas las escaleras que conducen a la recién remozada caseta de El Catarro y al embarcadero de La Leyenda del Pisuerga. Al otro lado del puente, a la altura de La Rosaleda, eran los operarios de Iberdrola los que han reparado una torreta dañada también por la crecida.
La retirada de las aguas del Pisuerga no solo dejó un lodazal en las aceras y pistas sino que arrastró la arena tanto de la playa como del campo de voley, dejando troncos y socavones en estos dos espacios.
Algo más de tiempo tendrán que esperar los operarios para poder examinar el estado de los paseos inferiores del Esgueva, cuyo caudal, aunque con una tendencia ligeramente descendente, aún continúa alto y anegando los senderos del cauce.
El que superó con nota el temporal fue el Campo Grande, donde apenas se cayeron unas ramas gracias a la intervención preventiva en su arbolado realizada a mediados de junio.
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