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Que el temporal en forma de lluvia y viento de los últimos días ha causado daños en la agricultura es un hecho pero habrá que esperar la evolución de los próximos días para conocer exactamente el valor de las pérdidas.
El sector ... coincide en señalar que León es una de las provincias más afectadas pues todavía estaban pendientes de cosecharse muchas hectáreas de maíz o remolacha que ahora tendrán que esperar.
Héctor Matías, agricultor de esta provincia, asegura que «hay un desastre muy serio», al tiempo que adelanta lo que puede pasar: «Tenemos unas temperaturas muy altas y la remolacha se está empezando a fastidiar», aventura.
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José Antonio Turrado, secretario regional de Asaja, dice que «habrá siniestros en maíz, remolacha y cereales de invierno pero también hay fincas en las que el agua ha arrastrado terreno y estropeado accesos o sistemas de riego». Adelanta que la cuantificación final va a depender de los próximos días, porque salvo en esas zonas en las que el viento ha tirado el maíz y ya sea imposible recogerlo, «a medida que se pueda, la gente lo irá recogiendo».
Ventura González, miembro de UPA, comenta que «se ha retrasado la recolección de remolacha y con la fábrica de Toro (Zamora) ya cerrada, todo lo que queda irá a La Bañeza (León) pero los agricultores están esperando a que asiente el terreno para poder entrar y recolectar porque en esta provincia hay hectáreas y hectáreas con agua».
Añade que las crecidas de los ríos además han llegado a zonas puntuales del norte de Valladolid, las tierras más bajas son las afectadas pero que en el caso de los cereales «todavía tienen casi todo el ciclo para poderse recuperar».
Aurelio Pérez, coordinador de COAG, sugiere que cuando se trata del maíz «se ha caído más por el viento que por el agua pero en el caso de que se pueda entrar en las tierras es con mucha humedad y también pierde precio y si no se cosecha se echa el tiempo encima». A juicio de Jesús Manuel González Palacín, secretario de UCCL, «el viento después de la lluvia ha hecho mucho más daño que las propias inundaciones, con viento de 80 o 100 kilómetros por hora, el maíz que tira ya no se puede recoger».
Donaciano Dujo, presidente de Asaja, concluye que a pesar de todo lo dicho y de identificar los mismos daños que sus compañeros, «el agua siempre es bueno y mucho más después de años de tanta sequía porque llena pantanos o acuíferos». No obstante, critica a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD): «Los ríos, arroyos o regueras están en un estado penoso, la CHD no limpia y luego vienen los desbordamientos».
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