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Vándalo muda de piel: «La pena es enorme, pero lo dejamos en buenas manos»«Te vas a enamorar». Era la frase -y la intención- impresa en el 'flyer' de la fiesta de apertura. Al mensaje le acompañaba la fecha. Era el 14 de febrero de 2019, San Valentín. «Pensamos que lo podíamos petar y el primer día fue ... increíble». Ya han pasado cinco años desde esa noche, pandemia mediante. Lo recuerda David Estévez, uno de los gerentes de Vándalo, el bar de la calle de la Cebadería que en poco tiempo se ha convertido en uno de los nuevos imprescindibles de la noche vallisoletana. Desde esta semana, el negocio ha cambiado de gerencia, si bien mantendrá el nombre y también espera guardar la esencia.
«Ha sido más que un bar, tanto para nosotros como para los clientes», asegura el gerente. La frase adquiere más sentido al darse una vuelta por redes sociales. «Gracias. Nuestro último cartel, nuestra despedida», era el texto que dejaba Estévez en su perfil de Instagram este lunes junto con diversas fotografías de momentos que han vivido dentro del local. Al mensaje le han acompañado las respuestas de muchos de sus clientes, donde se encuentran algunos habituales vallisoletanos como el chef Peña o también el exjugador del Real Valladolid, Borja Fernández, quienes han dejado su mensaje de despedida en la publicación.
«Creemos que ha sido un referente de algo que no había en la ciudad. El único requisito que había para entrar era la educación. El resto lo ha hecho la gente, que son quienes nos han dado tanto cariño y han creado tantas historias dentro. Por ejemplo conocemos a una pareja que se conoció aquí y se casa en octubre y nos han invitado a la boda. Por eso el factor personal que tenía Vándalo para nosotros es tan importante y cuando lees los mensajes en redes te abruma el cómo ha podido transmitir tanto a tantas personas», relata Estévez. Vándalo abrió a las puertas de un momento difícil para los negocios de hostelería, como fue la pandemia, pero consiguió salir adelante. «Gracias a la gente, quienes han sido los que más han remado y siempre han respondido».
A pesar de que no habrá cierre, las luces de 'Vándalo' que iluminan la entrada del local no estarán encendidas durante los próximos días, ya que se hará una reforma en el interior del local para dejar todo listo para su próxima reapertura, durante la semana de las Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. «Nos da una pena tremenda dejarlo, pero lo dejamos en buenas manos», apunta Estévez.
La historia comenzó en el bar 'Déjate Besar' de Parquesol, cuando tres amigos decidieron «bajar al centro». «Creíamos que había un hueco que podríamos llenar, nuestra idea era que la identidad fuera Mick Jagger en un Rolls-Royce tomando champán. Un bar donde la hospitalidad fuera lo esencial y donde los camareros fueran igual de importantes que un DJ», recuerda.
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Y fue en Vándalo donde también «maduró» una de las fiestas que ha cambiado los domingos vallisoletanos, el 'Cristongo'. Una suerte de tardeo donde los asistentes deben acudir disfrazados de cada una de las temáticas que se proponen en cada edición. La fiesta nació -de nuevo- entre un grupo de amigos en Parquesol, luego bajó hacia el local de la calle de la Cebadería hasta que creció y comenzó a organizarse en La Casa del Sol de la capital. «En el último evento hemos reunido a cuatro mil personas y ya hemos organizado uno fuera de Valladolid -en Jávea y con más de mil asistentes-».
Los gerentes se enfocarán ahora en nuevos proyectos, pero detrás quedan sus historias a ambos lados de la barra, así como las de las personas que durante estos años han acudido al local. De esa noche en la que los miembros de Marlon aparecieron un jueves en el bar y tuvieron que improvisar, de esos golpes que se daban a las lámparas o de esas personas que se tatuaron la palabra 'Vándalo' después de pasar por el bar. Historias que se quieren seguir creando con esta nueva etapa que iniciará el local. «Seguro que se mantiene la personalidad, queda en buenas manos», zanja Estévez.
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