Carlos Ruiz sabía que tenía potencial, que lo que hacía terminaría teniendo un propósito, no tiró la toalla y confío en sí mismo cuando el resto le decía «eso no te va a servir para nada», simplemente siguió su intuición, aunque no sospechara entonces que ... su gran afición le llevase por un camino cada vez más prometedor y fructífero desde que empezase a compartir con el resto sus creaciones culinarias.
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Hoy cocina bajo el nombre de @rechupetee para una comunidad de más de 310.000 integrantes seguidores de su Instagram. Un prometedor ascenso de la nada que comenzó hace dos años y medio cuando decidió publicar en Instagram su primera receta narrada en vídeo.
«Fue con un móvil normalito, en la cocina de mis padres, no tenía ni aro de luz y como trípode usaba unos cartones de leche», recuerda con cariño. El vallisoletano quería seguir experimentando y probando nuevas combinaciones, «desarrollar la parte más creativa de la cocina», dice Ruiz, con Grado Superior en Dirección de Cocina.
Carlos Ruiz
@derechupetee
Entre esos 'experimentos' recuerda el primero, una receta de ceviche peruano hecha a su estilo que corrió como la pólvora en la redes en unos días. «Ahí me di cuenta que subir así las recetas tenía potencial, que solo con unos 30 seguidores -básicamente mis amigos-, alcancé unas 10.000 visualizaciones», comenta. Y así siguió, publicando y subiendo vídeos con una máxima, «mejorar un 1% en cada publicación».
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Ese perfeccionismo se notó a los tres meses de abrir su perfil cuando se hizo viral por primera vez. «Fue gracias a una receta de mi abuela, aunque no es nada complicado gustó mucho también la variante emocional del plato que es una ensalada sencilla de piña, lechuga, bayas de goji, tomate y pasas», narra. En apenas unos días más de 600.000 usuarios habían visto ese 'reel'.
Fue un punto de inflexión en el aumento de seguidores de este estudiante de Comercio de la UVa. «Llegaban más de 5.000 personas en los primeros días, luego se ha estabilizado más hasta llegar a los seguidores que tengo ahora y con una suma nueva cada día que supera el centenar», explica.
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Una cantidad de fieles de su cocina «real y de buena calidad» que le permite sacarse un dinero al mes que «es más como una ayuda que como un sueldo», asegura el joven que ha colaborado con varias marcas que van en sintonía de su filosofía. Prima la cercanía del producto y la calidad frente a la cantidad, también en su Instagram y por eso sube una receta a la semana.
«Porque grabarlo y presentarlo todo lleva de media unas 18 horas por receta. Si quieres hacerlo bien, lograr el objetivo de que la gente lo quiera hacer en su casa tienes que ofrecer una buena edición y montaje en el vídeo, hacer transiciones, ponerle voz y hacer 'stories' relacionadas para lograr mayor alcance«, puntualiza este antiguo alumno del Colegio San José que empezó a cocinar a los 16 años y que ha seguido desde entonces, incluso en su año de erasmus en Galway.
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El alcance que ha roto límites en su trayectoria ha llegado hace tres meses con la receta de carpaccio de tomate con limón, vinagre de Jerez y cebolla roja y parmesano. En apenas unos días contó con diez millones de visitas. «No siempre lo más elaborado es lo que triunfa», admite. Llegan para él unas fechas de mucho trabajo, «en Navidad la gente tiene más tiempo y estamos en una época en la que se ven muchas recetas». Compaginará sus creaciones, eso sí, ya con aro de luz, trípode y cámara, con la carrera y el curso online de técnicas de cocina en el que está inmerso. «Hay que formarse constantemente si quieres llegar a algo», asume.
Por ahora no vive de ello, pero sabe que lo terminará haciendo. «He visto cómo a otros cocineros con el mismo impacto les da para vivir de sobra, es cuestión de seguir pero con una buena filosofía, fiel a mi estilo y sin perder el norte», asegura el pucelano que hace poco coincidió con personas tan conocidas en el mundo influencer como la tiktoker Roro, o el chef Roberto Bosquet con millones de seguidores en sus redes sociales. «Lo bueno de este mundo es que te permite conocer a personas muy formadas que merecen mucho la pena», explica Ruiz, quien hace poco se presentó a un casting de cocina para un programa de televisión.
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Si de todas sus recetas tuviera que elegir una para que los vallisoletanos se animen a cocinar durante estos días de fiesta, Carlos tiene claro que elegiría unas carrilleras de cerdo al vino tinto con parmentier de patata. «Quizá es un plato que la gente se pide más fuera y hace menos en casa, pero no es nada complicado, tampoco se tarda mucho en hacer y es comerlas y te llevan al cielo», finaliza el joven, quien da un consejo a la gente que dude. «Si crees que puedes lograrlo, qué mínimo que ir a por ello».
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