Valladolid vuelve a salir de escaparates: el comercio abre sin cita previa, pero con límite de aforo

La reapertura de las tiendas con menos de 400 metros cuadrados (dos meses después y sin necesidad ya de pedir cita previa) ha insuflado actividad en las principales calles comerciales. Y Santiago, la más importante de todas, no es ajena al fenómeno. Ayer, a mediodía, bullía de paseantes. Y de primeros clientes. En Bimba y Lola (ocho personas de aforo) colocaban bolsos en los estantes. En Álvaro Moreno anunciaban descuentos «por reapertura». En Mango había guantes y gel a la entrada. En Massimo Dutti pedían mantener dos metros de separación. Las cadenas con locales más grandes (Zara, Sfera, Pull&Bear) tienen aún que esperar, pero las que disponen de locales más pequeños ya han retomado su actividad. Y, sobre todo, especialmente, el comercio de proximidad.

«Lo que estos dos meses han demostrado es que el día que cerremos todos, Valladolid se queda a oscuras. El comercio mantiene viva la ciudad», asegura Alicia Martín, de Zapatos Armonía, en la calle Regalado. Este lunes fue el primer día que abrió sus puertas, ya que la semana pasada prefirió no adherirse a la posibilidad de atender a clientes con cita previa. «Vine hace 15 días a cambiar el escaparate, porque cuando cerramos en marzo era todavía pleno invierno. Ya hora ya hay que mostrar la temporada que tendría que haber empezado en abril», cuenta Alicia.

El comercio confía en que el retorno a la actividad y la llegada del buen tiempo animen una primavera aún por estrenar. Look Camiseros, en la calle Teresa Gil, recibió por la tarde la nueva colección de camisas de manga corta. «Los clientes, sobre todo la gente mayor, todavía tienen mucho miedo. Pero hay que insistir en que extremamos las medidas higiénicas», explica María Luisa Muñoz. «La semana pasada hubo dos personas que pidieron cita. Una no apareció. La otro sí. Se probó varias camisas y las que no se llevó han sido retiradas en cuarentena. Les pasamos una plancha de vapor a cien grados y las guardamos unos días hasta que vuelvan a estar disponibles», cuenta María Luisa.

En la zapatería Zanco Confort (calleAngustias) se muestran esperanzados ante la reapertura. «La semana pasada, con la cita previa, hubo actividad, sobre todo de clientes que venían a comprar zapatillas de estar por casa. Después de tanto tiempo con ellas, las suelas se habían estropeado y necesitaban cambiarlas», explican Belinda Fernández y José Cano, quienes recuerdan que se ofrecen calzas de plástico para probarse los zapatos y que, si no se llevan, estos son desinfectados antes de volver a su caja.

«Por haberte quedado en casa, manga larga y pantalones al 20% de descuento», dice un cartel en la tienda de ropa T. D., en el Paseo de Zorrilla. «La gente tiene ganas de volver a salir de compras. Se nota ya desde el primer día», dice Marga, dependienta de un local que también estrena escaparate para recibir la primavera. «Es que fíjate que muchos todavía teníamos los carteles del día del padre, porque cerramos a mediados de marzo», cuentan.

«Bienvenidos de nuevo», reza el letrero colgado en el cristal de la perfumería Douglas, con cinco clientas haciendo cola en la calle.También hay fila de espera en Star Phone, una tienda de reparación y venta de carcasas para móviles que atiende con una cortina en la puerta, sin la posibilidad de acceder al interior del negocio. Y hay cafeterías (como Sangar, en Zorrilla) que, a la espera de poder abrir el lunes, ofrecen café para llevar a los cada vez más numerosos viandantes de las calles comerciales.