Dos meses y poco más, eso es lo que ha durado la nueva familia de cisnes en el Campo Grande. Hace justo un mes varios vallisoletanos se acercaban a diferentes horas del día para custodiar a las aves con el temor de que pasase lo mismo que el año pasado. «Queremos que duren, que no los roben», suplicaba el cuatro de junio Yolanda, una fiel seguidora de la recién formada familia. En aquel momento, los cisnes se robaban la atención de cualquiera que pasase por delante.
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Verlos en el entorno del parque, en el estanque o incluso atreviéndose a caminar por las afueras de Campo Grande era una completa atracción. Este punto de atención ha durado poco ya que, tras la fuerte tormenta del pasado viernes, ha desaparecido sin dejar rastro de su paradero. La pareja y sus cuatro crías se habían convertido en una auténtica atracción para el parque, llegando incluso a tener a un grupo de vallisoletanos que iban a vigilarlos a diferentes horas del día.
Quiosquero de Campo Grande
«Lo que ha ocurrido es una auténtica cerdada. Coger las crías y llevárselas, es una barbaridad», se sorprende Lourdes Gómez, que aún no se había enterado de lo ocurrido. Y es que ni el Ayuntamiento de Valladolid, ni los trabajadores de Parques y Jardines conocen el paradero de la familia. Sin embargo, son muchas las personas que están especulando y dando su versión a cerca de la repentina desaparición de las aves. «No entiendo que no hubiese cámaras para vigilarlos. Es muy fácil que la gente los coja, de hecho mi hijo cuando era pequeño cogió un patito y se lo quería llevar a casa. Lo toman como un juguete y no es así», añade Lourdes.
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Las opiniones de los vallisoletanos que pasean por la zona forman un repertorio infinito de incógnitas. Pero si alguien conoce bien el parque y, sobre todo, la zona del estanque es Francisco Chambel, que despacha diariamente en el quiosco de la zona. Multitud de madres y niños ya se han acercado a preguntarle sobre lo ocurrido y su respuesta es clara. «No sé como ha podido pasar», contesta con incredulidad. «El sábado la gente dejó de verlos por el parque. Alguna versión dice que tiene que ver con la tormenta del viernes. A mí me parece algo raro, no dejan de ser seis cisnes. Dos grandes y cuatro pequeños», opina aludiendo a que las posibilidades de robo son muy altas.
«Tuvieron que llevárselos en una furgoneta o algo por el estilo pero son especulaciones, no sabemos nada. Lo único que sabemos es que la gente está muy molesta y las madres están mintiéndoles a los niños diciendo que los cisnes pequeños están a vacunar o historias porque ya se les había cogido cariño», añade con pena el quiosquero.
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Quienes también se han quedado sin su atracción favorita son los integrantes del club de fans que se dejaban ver diariamente por la zona. «No desaparecen solo de aquí. Por el paseo de la Esgueva hay muchas crías de patos que también desaparecen», apunta Benita Cubo, que señala que este suceso, por desgracia, es repetitivo. «La gente se los lleva, igual que los huevos de las patas, no respetan nada», concluye la vallisoletana.
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