«Luis Eduardo fue un gran profesional y una gran persona y ha dado su bien más preciado, que es su vida, al servicio de los ciudadanos. Incluso hoy está haciendo su último servicio con la donación de sus órganos», ha querido destacar este ... viernes Julia González, la intendente de la Policía Local, en el emotivo acto de homenaje al agente Luis Eduardo Izquierdo, de 40 años, que falleció anoche en el Hospital Río Hortega fruto de las lesiones sufridas el lunes al colisionar con su moto contra un coche cuando acudía al aviso de un tiroteo en la calle Zorzal de Pajarillos.
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César Blanco Elipe
Más de doscientos agentes municipales, acompañados por policías nacionales, guardias civiles, bomberos y efectivos de Protección Civil, junto a las autoridades y decenas de ciudadanos, han guardado un minuto de silencio, solo roto por el sonido de las sirenas con las campanadas del mediodía, por el segundo policía local fallecido en acto de servicio en la capital en los últimos 34 años. Ocurrió el 16 de septiembre de 1987, cuando falleció a manos de los hermanos Garfia el agente Daniel Prieto Díaz.
Valladolid ha llorado hoy a su último 'héroe', el cariñoso apodo por el que era conocido Luis Eduardo Izquierdo, en clara alusión a su «vocación de servicio», según ha querido destacar el teniente de alcalde, Manuel Saravia, y alcalde accidental estos días, antes de recordar que la pérdida del agente «nos hace reflexionar a todos sobre el papel que desempeñan los policías locales para proteger a los vallisoletanos». Sus compañeros han querido recordar hoy al «agente de la sonrisa infinita» como un policía que «lo daba todo» y que en uno de sus últimos servicios, el martes de la semana pasada, «salvó la vida a un hombre que había sufrido un infarto en la avenida de Madrid al lograr recuperarle con un masaje cardíaco antes de la llegada de la ambulancia». Le llamaban, en efecto, 'héroe', un apodo que «da fe de su implicación».
Las banderas de la ciudad ondearán a media asta durante tres días en su memoria y el Ayuntamiento, con el consenso de todos los grupos políticos, ha acordado concederle la medalla de servicios, la «máxima distinción de la Policía Municipal», según ha anunciado Manuel Saravia. La cúpula del Milenio lucirá en las próximas noches los colores (azul y blanco) distintivos de la Policía Municipal.
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«No se puede pedir mayor generosidad a una persona que lo ha dado todo», ha incidido la intendente Julia González, que ingresó en el cuerpo en 1984 y que ya vivió la muerte de Daniel Prieto tres años después. «Hoy tenemos otro ángel en el cielo que va a velar por todos nosotros», ha querido destacar visiblemente afectada, al igual que las decenas de compañeros de Luis Eduardo, un turno completo, que hoy han llenado con sus lágrimas la Plaza Mayor.
Luis Eduardo Izquierdo era natural de Cuéllar, localidad en la que residía junto a su mujer y dos hijos de 9 y 7 años. Su cuerpo será trasladado finalmente a primera hora de la mañana de este sábado y la iglesia de San Andrés (en Cuéllar) acogerá el funeral en la intimidad a partir de las doce del mediodía de ese mismo día.
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El agente sufrió el «fatal accidente» a media tarde del lunes, cuando acudía con su moto al aviso del tiroteo registrado segundos antes en Pajarillos. Un coche se cruzó en su camino y las lesiones sufridas le costaron la vida a última hora de la noche del jueves. Su familia decidió que sus órganos fueran donados en un «último acto de generosidad».
Luis Eduardo Izquierdo era ya un veterano a sus cuarenta años desde que ingresó como agente en la Policía Local de Vitoria. Después pasó por Venta de Baños (Palencia) y Segovia, donde prestó servicio durante ocho años hasta recalar, hace poco más de dos, en Valladolid, donde estaba destinado como motorista en el distrito de Delicias. «Ha dejado una huella imborrable en todas las plantillas en las que ha estado e, incluso, desde que se conoció el accidente nos han llamado a diario desde Vitoria para interesarse por su estado», han destacado sus compañeros antes de incidir en que han perdido a «un gran compañero y una gran persona». El agente de la «eterna sonrisa» era también un «buen deportista que muchos días venía a trabajar (desde Cuéllar) en su bici».
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La muerte del motorista de la Policía Local en un accidente de tráfico suma el segundo siniestro mortal registrado en las calles de la capital en lo que va de año, los dos ocurridos en el último mes. En el anterior, registrado el 8 de julio en el Camino Viejo de Simancas, perdió la vida un motorista de 61 años al ser embestido por el conductor de un coche. Este último fue detenido e ingresó en prisión por un posible delito de homicidio involuntario.
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