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Los desbordamientos registrados este viernes en los ríos situados al sur de la cuenca, especialmente en Ávila (el Adaja) y en Segovia (Eresma), así como ... la notable crecida del Duero en su cabecera (Soria), auguran un nuevo repunte de los caudales de dichos ríos, especialmente del Adaja y del propio Duero, en Valladolid. La provincia, y la capital, recibirá esté fin de semana la punta de esta nueva crecida, que se enmarca en un episodio de avenidas, todas ellas de los ríos de la margen izquierda del principal río de la cuenca, que comenzó hace once días (el 10 de marzo).
Las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) apuntan a que primero, a partir de la próxima madrugada y entre el sábado, sobre todo, y el domingo, llegará al sur de la provincia la onda de la crecida del Adaja, que este viernes se ha desbordado en la capital abulense, para recorrerla hasta su desembocadura, tocando el término de Valladolid, en el Duero.
El caudal del afluente, por ahora, se mantiene en nivel amarillo, con unos notables 87 metros cúbicos por segundo a media tarde a su paso por Valdestillas, donde mantiene parcialmente anegadas sus riberas -muy lejos de las viviendas situadas en sus márgenes-. Este volumen se mantiene estable, con algún pequeño repunte, desde el pasado lunes; si bien el pico, a la espera del que está por llegar en las próximas horas, del episodio en curso lo alcanzó, con 217 metros cúbicos por segundo, el 10 de marzo.
El descenso del Adaja en Ávila, que en apenas unas horas ha pasado de una punta de 205 metros cúbicos por segundo a 121 a media tarde, augura que la onda de la crecida llegará a Valladolid en cuestión de horas.
El problema es que el afluente, ya en Valladolid, recibe antes de Valdestillas las aguas del Eresma, otro río procedente de Segovia, donde también este viernes ha superado su nivel naranja a su paso por dicha capital, donde ronda los treinta metros cúbicos por segundo. Y un volumen similar arrastra a media tarde su afluente, el río Moros, que se ha desbordado en distintos puntos de dicha provincia.
Así que Valladolid espera, por un lado, el pico de la crecida del Eresma, que por ahora se mantiene estable en esta provincia, y a continuación el del Adaja. Cabe recordar que la profundidad del cauce de este último impide habitualmente, incluso con puntas superiores a los doscientos metros cúbicos, que alcance a las viviendas de sus riberas, incluidas las situadas en el término de la capital, en la urbanización Los Doctrinos, justo antes de su desembocadura en el Duero.
Y las crecidas del Eresma y del Adaja, unidas al más que notable incremento de su caudal en Soria -allí supera su nivel amarillo en Gormaz y Navapalos-, auguran un nuevo episodio de desbordamientos del Duero a su paso por Valladolid, sobre todo, al este de la provincia. Este se espera a lo largo del fin de semana y puede que se prolongue hasta el lunes.
El Duero, que mantiene un más que notable volumen también desde hace días en la provincia, alcanzó la punta del presente episodio el 13 de marzo, cuando alcanzó los 234 metros cúbicos por segundo en Herrera, justo antes de la capital, donde mantiene anegadas desde entonces sus riberas en torno al puente del barrio (de la capital) de Puente Duero. El río también se desbordó y anegó parques urbanos en Pesquera, Quintanilla de Arriba y Tudela. Este viernes, a media tarde, arrastra de momento 125 metros cúbicos por segundo en Quintanilla de Onésimo y 115 en Herrera, en ambos caso con tendencia ascendente a la espera de la llegada de la punta de la crecida procedente de Soria.
Y esta fiesta de crecidas podría sumarse también más adelante, en este caso pasado el fin de semana, el Pisuerga, el principal río de la capital, que apenas ha sufrido vaivenes durante este episodio concentrado al sur del Duero. La CHD advierte de que también este río y sus afluentes (el Carrión y el Arlanza) pueden experimentar crecidas en los próximos días fruto de las fuertes lluvias, y nevadas, en sus cabeceras. De ser así también crecerá, como es lógico, el Duero aguas abajo de las desembocaduras del Adaja y del propio Pisuerga.
El principal foco de preocupación, no obstante, se centra en los ríos del sur a la espera de las llegadas de las ondas de sus crecidas fruto de las copiosas lluvias de los últimos días y del deshielo en el Sistema Central.
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