Valladolid despide el año más cálido de la historia

Nunca antes había hecho tanto calor y nunca antes, para dar continuidad a lo ocurrido en 2022, había alcanzado el mercurio una temperatura máxima como la registrada el día de Año Nuevo, con unos también inéditos 18 grados (el pico más alto alcanzado jamás en enero), casi uno por encima del anterior récord, de 17,2, alcanzado el 24 de enero de 2016. El anticiclón, en este sentido, marcará este comienzo de año, con máximas aún elevadas que pueden alcanzar los diez grados, mínimas en torno a los cero, y nieblas persistentes hasta el día de Reyes (después podría llegar la lluvia).

El año pasado fue, por un lado, el más cálido desde que existen registros y, por otro, acabó con la cantidad normal de lluvia para el periodo de referencia 1990-2020, con 434,1 litros por metros cuadrado, uno por encima de lo habitual (433), gracias a un final de año pasado por agua, encabezado por diciembre, cuando se acumularon la friolera de 141 litros por metro cuadrado, casi el triple de lo habitual para ese mes y casi la misma cantidad que la recogida durante el primer semestre del año (145).

Diciembre, en este sentido, fue el segundo más lluvioso de la historia en Valladolid, solo superado por el mismo mes de 1989, cuando se recogieron 153,4 litros. Y no fue el más cálido por apenas medio grado, con una más que inusual temperatura media de 8,3 grados (3,3 por encima de lo normal) y una media de las mínimas más que elevada de 5,5, (4,1 más de lo habitual).

Lo más singular, sin duda, del año pasado fue la sucesión de récord de calor registrado prácticamente desde que comenzó el año y que se intensificaron aún más a medida que avanzaba el mismo. Tanto es así que se sucedieron la ola de calor más madrugadora de la historia, registrada en junio, y la más asfixiante registrada jamás, ya en julio. En este último mes, incluso, se alcanzó la temperatura máxima más alta alcanzada en Valladolid en más de un siglo, con un pico inédito de 41,1 grados (el récord absoluto de 42 se remonta a 1878).

Y entre media cayeron récords de temperaturas medias y máximas en meses como enero, mayo o julio. Y así hasta alcanzar ese registro inédito de 14,7 grados de temperatura media en 2022, con una media de las máximas de 21 grados, dos por encima de lo normal (19), y una media de las mínimas de 8,3 (lo habitual son 7).

Diez de los doce meses, todos salvo mazo y abril, fueron más cálidos de lo habitual. Mayo, julio, agosto y octubre fueron los más cálidos registrados jamás. Y en enero se registraron las temperaturas máximas más altas en cuanto a la media del mes. En septiembre, como curiosidad, se registró la primera noche tropical de la historia (21 grados alcanzados el día 12). Nada menos que catorce noches tropicales (el pico absoluto) se registraron el año pasado. Y diciembre, por último, no dejó récords absolutos, pero estuvo a punto tanto en cuanto a las temperaturas como a las precipitaciones.

La desigualdad, en cuanto a las lluvias, fue la tónica del conjunto del año. El primer semestre, en este sentido, fue el quinto más seco del siglo XXI, con tan solo 145,1 litros recogidos, cuando lo habitual son 222,3. Solo marzo y abril mantuvieron el tipo con ligeros superávit de lluvia.

Y el déficit hídrico continuó engordando en los meses siguientes, con julio, agosto y septiembre en números rojos de precipitaciones. Todo cambió con el otoño y el último trimestre del año, y eso a pesar de que noviembre, aunque lluvioso, dejó un ligero déficit de lluvias de 2,3 litros. Pero estos últimos tres meses, en su conjunto, dejaron la friolera de 260,6 litros por metro cuadrado, 104 más de lo normal, encabezados por diciembre (141 litros). Estas cantidades permitieron que 2022, pese a todo, acabase, incluso, con un ligero, muy ligero, superávit de lluvias de un litro. Al final, entre los doce meses, se recogieron 434,1 litros por metro cuadrado.