Valladolid se cuece en la jornada más tórrida del año

Daba fe de ello la estampa de la ciudad, donde las calles han permanecido desiertas durante buena parte de la mañana, con algunos valientes que desfilaban por las zonas de sombra y por los típicos entornos que durante estos días sirven de refugio. Es decir, el Campo Grande y las tiendas. Ocurría en la calle Santiago, donde todos los peatones caminaban escorados hacia los negocios de la vía -para disfrutar de esa brisa en forma de aire acondicionado que sale de la puerta-. Pero pocos lugares más permitían escapar de las temperaturas extremas.

La Plaza Mayor, casi vacía. Acera de Recoletos, parecido. Poniente, ni un alma. No hacía ni para tomar el sol en la playa de Moreras, donde apenas había cinco personas sobre la arena. Más animados estaban un grupo de pescadores del barrio de La Rondilla, que pasaban la jornada bajo la sombra en un punto de Rosaleda, donde pescaban en el Pisuerga. «Hace demasiado calor para estar aquí, pero hemos venido preparados», exclamaban mientras enseñaban una botella de agua helada, que más pronto que tarde iba a dejar de ser un bloque de hielo.

Buena parte de la jornada ha pasado por encima de los 36,9 grados, que es la temperatura fijada por las autoridades sanitarias a partir de la que el calor tiene efectos nocivos para la salud para Valladolid. No solo eso, ya que las mínimas tampoco dan tregua por la noche, con termómetros que superarán los 20 grados y que también hacen que dormir sea un suplicio. A pesar del calor, Valladolid se ha quedado a las puertas de superar su récord de temperatura máxima desde que hay registros, que está ahora en 41,1 grados que se sufrieron el pasado 15 de julio de 2022.

Si la situación no va a más calor, el dato más actualizado de este año será la octava jornada con las temperatura más alta desde que hay registros, por detrás de, precisamente, el 10 de agosto de 2012, cuando los termómetros ascendieron hasta los 39,4 grados, según los grados de la Aemet.

Este domingo, la situación será similar en Castilla y León, donde se mantiene el aviso amarillo en buena parte de la comunidad, con la única excepción de Burgos, donde la alerta será naranja por temperaturas máximas en la zona de la Cordillera Cantábrica, donde la previsión es que se alcancen los 37 grados, así como en el Condado de Treviño, con máximas de entre 37 y 39 grados.

En Valladolid se esperan máximas de 39 grados, de manera que la ciudad vivirá otra jornada de temperaturas extremas. La semana iniciará con leve un respiro, después de tres semanas por encima de los 30 grados que podrían finalizar este miércoles. La Aemet prevé una máxima de 30 para esta jornada, que podría variar con el paso de los días. El martes, además, existe un 45% de lluvia que podría refrescar el ambiente. Todo para que según se acerque el puente de la Asunción los termómetros asciendan levemente hasta los 34 de máxima, si bien las noches serán más frescas con mínimas de entre 14 y 16 grados.

Y mientras Valladolid alcanzaba su máximo anual, la jornada tuvo sus contrastes en Castilla y León, donde se registró la temperatura más baja de todo el país. El dato se dio en Puerto del Pico, en Ávila, donde los termómetros marcaron 9,4 grados, según los datos de la Aemet.