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Carolina Amo
Valladolid
Lunes, 31 de julio 2023, 10:48
Encontrar alojamiento se convierte en la asignatura pendiente para septiembre de muchos universitarios, que a lo largo de julio y agosto se movilizan para competir por el alquiler de unas habitaciones que siguen con precios al alza. Según el informe semestral presentado por el portal ... inmobiliario Pisos.com, esta tipología de vivienda registró el pasado junio en Castilla y León un precio medio de 4,82 euros por metro cuadrado, lo que supuso un repunte semestral del 2,34%. Respecto a hace un año, el incremento fue de un 1,90%: subió un 1,05% mensualmente y un 3,66% trimestralmente.
Cada año son muchos los estudiantes que cambian de comunidad autónoma o de provincia para cursar sus estudios superiores, bien porque en su ciudad de origen no tienen posibilidad de estudiar el grado que les gusta o porque quieren aprovechar el inicio de su aventura universitaria para abandonar el nido familiar. La tarea de encontrar piso no es nada sencilla, sobre todo en los primeros años.
Las inmobiliarias consultadas coinciden en que la demanda de este tipo de pisos de alquiler se ha incrementado un 15%. Y a mayor demanda, más escasez en la oferta. En el caso de los estudiantes, se suelen buscar alojamientos que se ubiquen cerca de los centros académicos. «Rondilla, Batallas, Vadillos y Paseo del Cauce suelen ser las zonas más demandadas por encontrarse más próximas al entorno universitario», explica Alberto Quevedo, gerente de OlidDreams.
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A pesar de que los precios son muy variados y cambiantes, las inmobiliarias de Valladolid coinciden a la hora de hablar del coste medio de alquiler. «Lo normal es que se junten dos o tres estudiantes y busquen piso conjuntamente, ahí es cuando el precio ronda entre los 600 y 700 euros», apunta Javier Blanco, gerente de JBR. También está la posibilidad de alquilar habitaciones por separado dentro de una vivienda, es una opción más económica pero con más restricciones. «Aquí estaríamos hablando de unos 200 ó 300 euros como mucho. Alquilar la habitación te permite el uso y disfrute de la misma y de las zonas comunes con el resto de inquilinos», prosigue Javier Blanco.
Además, en los últimos tiempos es frecuente que los inversores que adquieren este tipo de viviendas lleven a cabo reformas para sacar la mayor rentabilidad posible. «Convierten el salón en otra habitación a costa de las zonas comunes, que son más reducidas. Así, el propietario gana mayor rentabilidad», subraya Blanco.
La odisea de los estudiantes para econtrar alojamiento pasa tambien por los requisitos para formalizar los contratos, ya que no suelen ser personas que cuenten con ingresos. «Los padres tienen que aparecer en el contrato de manera obligatoria como avalistas solidarios». Ahora, con la nueva Ley de Vivienda, los requisitos han vuelto a cambiar y, por ejemplo, se solicita algo que antes no se requería. «A las familias se les pide fianza y mes en curso», subraya Miguel de la Fuente, gestor inmobiliario de Finvall.
Noelia explica que la búsqueda no fue fácil, ya que estuvo mirando viviendas desde Italia, mientras su compañera visitaba algunas desde España. «Los pisos estaban anticuados y yo buscaba algo más nuevo», apunta la joven. Quedarse con el primero que veían no era una opción. «Durante un tiempo, paramos de mirar opciones porque no encontrábamos nada que nos gustase», explica esta joven, quien hace algo más de una semana encontró finalmente el piso del que va a disfrutar el próximo curso. «Hablé con una chica que conocía y nos dio prioridad a la hora de alquilar la vivienda», concluye.
Los propietarios cada vez apuestan más por estos tipos de alquiler a estudiantes, ya que la rentabilidad es superior a alquilarlo a otra persona durante más tiempo. Una de las principales razones es «la seguridad de pago y la gran demanda por parte de los estudiantes». Además, a final de curso abandonan el piso todos los años. Los universitarios «se han convertido en los favoritos de los caseros, ya que son de los pocos que no protagonizan impagos, evitan el riesgo de okupación y al final del año abandonan la vivienda dejándola libre para otro futuro inquilino», subraya Javier Blanco.
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