Lo dicen los rankings. La Universidad de Valladolid (UVA) es una de las mejores. Es líder regional en el ranking de universidades U-Multirank 2023 y por sexto año consecutivo, aparece en el ARWU Shanghai de las 1.000 mejores del mundo. Son ... ese prestigio y reputación, los que hacen cada vez atraiga a más alumnos de otras comunidades.
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En el curso que acaba de arrancar, según datos todavía provisionales, 4.810 nuevos alumnos se han matriculado en grados de la UVA, para estudiar en alguno de sus cuatro campus en Palencia (430), Segovia (580), Soria (462) y Valladolid (3.338). Centrándonos en este último Campus, de los 3.338 nuevos alumnos, 1.972 (59,07%), son de Valladolid capital y provincia y 1.366 (40,9%) alumnos provienen de otras ciudades o incluso países.
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Sofía Fernández
Si hablamos de alumnos totales, de los 18.302 que de momento hay matriculados para este curso en la UVA en alguno de sus grados, 12.864 estudian en la capital del Pisuerga. De éstos, 4.949 (38,4%) son de fuera de la provincia, incluyendo 80 estudiantes extranjeros. Las comunidades autónomas que más alumnado aportan son Castilla y León (resto de provincias), con 3.221 alumnos, Cantabria, con 263, Madrid con 200, Andalucía, con 179 y Extremadura con 174.
Entre los alumnos de grados procedentes del resto de Castilla y León y que han llegado a Valladolid para estudiar sus carreras, los más numerosos son los de Palencia (921), Burgos (599), León (410) y Segovia (409). «Son datos provisionales y no se puede hablar de tendencia porque no existe un estudio previo. Pero es un hecho, que la movilidad de los estudiantes es muy alta desde hace tiempo. Los estudiantes se preinscriben en todas las universidades que ofrezcan los estudios que buscan, para tener más opciones de encontrar plaza. Además, la UVA ofrece titulaciones que no encuentran en otras universidades», explica Cristina de la Rosa, vicerrectora de Estudiantes.
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Según las titulaciones elegidas por estos estudiantes foráneos, las más demandadas son el grado de Medicina, con 684 estudiantes de fuera de Valladolid, el grado en derecho, con 324, el grado en Periodismo, con 265, el de Fundamentos de la Arquitectura, con 245 estudiantes matriculados y el grado en Ingeniería Mecánica con 182.
Medicina, la carrera favorita de los estudiantes de fuera de Valladolid, ha sido elegida principalmente por jóvenes del resto de Castilla y León (294), también por andaluces (114), madrileños (87) y extremeños (34). «Estamos notando que cada vez en nuestras aulas de la Facultad de Medicina hay más alumnos de Castilla y León. Durante una época, por la razón que fuese, tenían mejor nota los alumnos de Andalucía y Extremadura y, sin embargo, ahora los estudiantes procedentes de nuestra región se han incrementado de una manera importante», señala José María Fidel, decano de la Facultad de Medicina de la UVA. «La universidad es universal y, por ser distrito único, todos deberían poder venir en igualdad de oportunidades y creo que eso se está consiguiendo. Hay que destacar también que la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid tiene una gran aceptación, en buena medida, por el dato que la sitúa como la quinta de España con mejores resultados en el MIR. Un dato que tienen muy en cuenta los alumnos de Medicina a la hora de elegir el centro en el que cursar su carrera», añade el decano.
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Para estos alumnos foráneos, dejar su hogar, su familia y entorno más cercano para comenzar sus estudios universitarios en una ciudad desconocida, no es un paso fácil. Las residencias y colegios mayores son, en estos casos, una opción idónea para convivir con otros alumnos en situación similar, dentro de un ambiente familiar, acogedor y propicio para el estudio. Uno de los colegios mayores vallisoletanos es el María de Molina, que tiene 90 plazas para estudiantes y actualmente están todas completas. «Tenemos alumnos de todas las regiones de España y también otros del extranjero, de países como México o Guinea Ecuatorial. En cuanto a las carreras que estudian, los más numerosos son los de Medicina, también de Arquitectura, Derecho, Educación, Criminología…», explica Mª Esperanza Cunchillos, su directora. «Las plazas las suelen solicitar en mayo, pero las confirman a medida que salen las listas definitivas de la Universidad. Tenemos una labor formativa complementaria a la Universidad y hacemos distintas actividades de integración para ayudarles a vencer esos primeros miedos», añade.
Lucía Hermosa es natural de Vitoria. A la hora de elegir carrera, su primera opción era Óptica y Optometría, lo que le suponía salir a estudiar fuera del País Vasco. «No me quería ir demasiado lejos y tenía dos opciones posibles, estudiar en Zaragoza o en Valladolid. Como me cogieron antes en la UVA, me decidí por esta ciudad. Ya la conocía y me gustaba, así que estoy encantada», dice esta joven de 17 años que empezó las clases el lunes. «He notado mucho cambio de Bachillerato a la Universidad. Estaba un poco nerviosa por ver cómo sería la gente, si encajaría, y tanto los profesores como los compañeros me parecen estupendos. Estoy muy a gusto. Tenía claro que, por lo menos los dos primeros años de Universidad, quería hacerlos en un Colegio Mayor, por eso me matriculé en el María de Molina y estoy fenomenal», añade satisfecha.
El sueño de Reyes Moreno, una joven malagueña de 18 años, es dedicarse a la asesoría política. Entre las cuatro universidades públicas que estuvo barajando, para estudiar Relaciones Internacionales, se decantó por la de Valladolid. «En la de Sevilla sólo había 20 plazas, en Alicante tenía que estudiar en valenciano y en Madrid, aunque me admitieron, todo resultaba más caro y había más distancia entre la facultad y los colegios mayores. Una amiga que estudia aquí Medicina, me habló muy bien de Valladolid y me decidí a venir aquí a estudiar mi carrera» explica. «Estoy encantada. Es una ciudad relativamente pequeña, en la que todo pilla cerca. Voy andando todos los días desde el Colegio Mayor María de Molina hasta la facultad y se me hace muy ameno», prosigue.
Javier Gómez de Tejada, 17 años, llegó hace unos días a Valladolid desde su Badajoz natal. Se trajo las maletas cargadas de ilusión para estudiar el doble grado de Matemáticas y Física. Reconoce que su primera opción era Sevilla, donde podría estar más cerca de su familia, pero la nota no le llegó. «Otras alternativas eran Salamanca, donde no me ponderaban algunas asignaturas y Madrid, que no me convencía por ser demasiado grande. Me hablaron bien de Valladolid y mis profesores de Matemáticas y Física me animaron y aquí estoy», comenta este estudiante, que se aloja en el Colegio Mayor Castilla y León. «Los primeros días están siendo fantásticos. El ambiente es muy bueno. Somos muy pocos en clase y hemos hecho piña. Apenas he tenido oportunidad de conocer la ciudad y tengo muchas ganas. Pasar los próximos 5 años en Valladolid me hace ilusión», dice.
Martina Solar, también de 17 años, es una recién llegada a Valladolid. Tenía claro que quería estudiar el grado de enfermería fuera de su ciudad natal, Santander. Barajó León, Zaragoza e incluso Sevilla. «Una amiga me habló del buen ambiente universitario que hay aquí y me decidí a echar la matrícula. En el poco tiempo que llevo en Valladolid, he hecho muchos amigos y todo el mundo me ha parecido muy amable y acogedor. Voy a todos los lados andando y eso me encanta», comenta esta estudiante, que se aloja en el Colegio Mayor Menéndez Pelayo. «Además, me gusta mucho que Valladolid está muy bien comunicado con Santander y está relativamente cerca», destaca.
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En el caso de los alumnos que viven en ciudades limítrofes con Valladolid y no quieren quedarse a pernoctar, hay distintas opciones de transporte e iniciativas que también resultan muy atractivas. En el caso de los estudiantes de Palencia, por ejemplo, cuentan con el apoyo de la ACUP, Asociación Cultural Universitaria Palentina, que desde que se fundó en 1986, se preocupa de ofrecer un servicio de transporte para universitarios y profesores, a través de La Regional, para que puedan desplazarse desde Palencia, Villamuriel, Venta de Baños, o Dueñas, al campus de la UVA en Valladolid o al campus de la UEMC.
Para los negocios cercanos a las diferentes facultades de la UVA, el hecho de que haya tantos estudiantes foráneos que requieran una amplia variedad de servicios y productos, desde alojamiento y alimentación, hasta materiales de estudio y ocio, es un factor muy importante. Su presencia sirve de impulso para la economía de la ciudad. «El hecho de tener la facultad de Derecho a tan sólo 100 metros, nos influye muchísimo y para bien. Un 40% de nuestros clientes son universitarios y muchos son de fuera de Valladolid. A nivel económico son una fuente importante de ingresos. Suelen buscar un prototipo de bar, con una decoración original y una oferta sabores internacionales, ya que hay muchos Erasmus», explica Marco Negroni, gerente del bar La Passion Café, en la calle Ruiz Hernández. «Son tan importantes los estudiantes en nuestro negocio, que los integramos en nuestra plantilla, ya que aportan frescura y buena energía. Además, al ver compañeros en las barras, se sienten motivados a venir. En junio, cuando regresan a sus ciudades de origen, muchos se acercan a despedirse hasta el próximo curso. Se crean buenas relaciones. Tengo contacto con universitarios de las últimas 20 generaciones y eso es precioso», añade.
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Sin embargo, en las cafeterías universitarias no influye tanto la procedencia del alumnado. Así lo confirma Jaime Fernández, gerente, entre otras, de las cafeterías de Filosofía y Letras, Medicina, Ciencias y Alfonso VIII. Él es también, el presidente de los hosteleros de Valladolid. «El universitario que viene de fuera se aloja en residencias universitarias, colegios mayores o pisos de alquiler y por tanto, tienen todo incluido o tienen su microondas para poder comer. Consumen igual que un estudiante de Valladolid, que se toma el café y el pincho de tortilla. Además, para las familias, mandar a sus hijos a estudiar a otra ciudad, supone un gran desembolso, por eso, muchas veces les mandan con la comida desde casa y en la cafetería hacen el consumo normal de cualquier otro estudiante», informa Fernández quien también tiene en cuenta la estacionalidad de sus negocios. «El periodo lectivo ahora es más corto y eso también lo notamos mucho», comenta este hostelero que ha cumplido sus bodas de plata gestionando cafeterías universitarias.
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