El túnel de Andrómeda comienza a ver la luz después de seis años de obras

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«En algunos puntos comienza a verse ya la luz (y es literal) y apenas restan cuatro o cinco metros para colocar el cajón en su emplazamiento bajo las vías», confirmaron fuentes del proyecto. La enorme mole de hormigón, fabricada a medida en el tajo, muestra ya sus cuatro lados de más de un metro de grosor encajonados bajo el lecho ferroviario del lado de Andrómeda y las máquinas trabajan en paralelo en la boca de Nochevieja.

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J. Asua

El último plazo para la finalización de los trabajos, el tercero ofrecido este año por el gestor ferroviario al Ayuntamiento, apunta a la finalización de los trabajos entre enero y febrero. Para eso tendrá que rematarse, algo que ocurrirá, en principio, en los próximos días, el cajón de hormigón para posteriormente urbanizar el paso subterráneo en sí, en el que tendrán cabida dos carriles para vehículos, uno en cada sentido, para unir los barrios separados por la cicatriz ferroviaria desde el cierre del paso a nivel de la plaza Rafael Cano –allí se abrió el paso peatonal bajo las vías el 30 de abril de 2019– y aceras para el tránsito de los peatones.

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Su apertura, de producirse, coincidirá con los últimos meses de obras de urbanización de la calle Nueva del Carmen (su finalización se prevé para septiembre de 2022), que permanece cortada desde el 15 de septiembre y en la que se están renovando por ahora las redes de abastecimiento.