Tres investigaciones abiertas para esclarecer la muerte del operario de limpieza

Para esclarecer los hechos del 30 de diciembre, día del fatal desenlace, se mantienen actualmente tres investigaciones abiertas, las que se han originado a través de la policía judicial, la de inspección de trabajo y otra por parte del Ayuntamiento de Valladolid. «Los hechos son muy graves y conllevan unas investigaciones automáticas», ha detallado el alcalde.

En todas las investigaciones, según apunta Óscar Puente, se baraja como hipótesis que uno de los latiguillos que sujetaba la tolva se rompió en el momento que Rubén Martín, de 46 años, se hallaba debajo de la misma para desatascarla. Ese 30 de diciembre, el vecino del barrio de La Victoria se bajó del vehículo para acudir a un portón trasero de la máquina para acceder a la tolva y desatascarla tras acumular gran cantidad de hojas mojadas.

Levantó esa puerta, se elevó la tolva y en ese momento «falló» esa pieza que propició que se cayera encima del operario de limpieza, atrapándole durante varios minutos y golpeándole la cabeza. «Se sabía que el accidente había sido muy grave, pero se le había conseguido mantener con vida. A pesar de todo, las posibilidades de que falleciera eran muy altas», ha destacado Óscar Puente.

Un fallo hidráulico en una de las máquinas más obsoletas de la flota de vehículos del servicio, pues en las más actuales el acceso para posibles atranques se encuentra desde la propia cabina del operario y no precisa de situarse debajo de la tolva.

Unos detalles que se desvelaron este lunes en la Plaza Mayor, donde se ha guardado un minuto de silencio por el fallecimiento de Rubén Martín , además de decretarse tres días de luto y lucir las banderas del Consistorio a media asta.

El 30 de diciembre, los Bomberos de Valladolid fueron los primeros en llegar al paseo Juan Carlos I, a la altura del Colegio San Viator, para atender al operario y completar maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta la llegada de los servicios sanitarios, que se produjo poco después.

El trabajador entró en parada cardiorrespiratoria hasta en tres ocasiones hasta que fue trasladado en UVI móvil al Hospital Río Hortega de Valladolid, donde permaneció desde entonces en la UCI en estado crítico.

Rubén Martín empezó a trabajar con 18 años en la empresa Tapizados Eclipse y algunos de sus compañeros conservan recuerdos suyos hasta de esa época. «Hacía amigos allí donde iba», evocan a la vez que lo describen como una persona muy trabajadora e inquieta, siempre afanado en mejorar. Con esa intención dejó su primer empleo para iniciar una breve carrera como guardia jurado. Su afición por el mundo del volante, sin embargo, le llevó a sacarse el carné de conductor de vehículos pesados, lo que le permitió regresar a Eclipse a un puesto mejor. Allí permaneció casi quince años, hasta el cierre de la empresa.

A continuación estuvo empleado en una empresa auxiliar de Renault, también como conductor, hasta que decidió presentarse a las oposiciones del cuerpo municipal. Accedió así a la bolsa de empleo del servicio de limpieza, donde iniciaba su séptimo mes de trabajo al renovar recientemente su contrato.

El fallecido, comentan algunos compañeros, «se esforzó todo lo que pudo por hacer bien su labor y que así le volviesen a llamar para trabajar», pero pudo sufrir alguna (o varias) de las carencias que, denuncian, tiene el servicio de limpieza, entre las que citan «rutas dobles, sin visibilidad cuando hay mal tiempo y sometidas a gran velocidad para poder cumplir los horarios». Ello provoca que «muchas veces no se puedan cumplir las normas de seguridad, aunque se conozcan».

Un suceso que se produce casi dos meses después de otro accidente con un operario del servicio de limpieza. En esa ocasión, un vehículo arrolló a un trabajador que permanece desde entonces en la Unidad de Cuidados Intensivos.