Tres años y 65 millones para cerrar el gran complejo ferroviario de mercancías de Valladolid

De hecho, las diferentes empresas que opten al contrato tienen hasta el 15 de septiembre para presentar sus ofertas. Cuatro días más tarde se abrirán los sobres con las ofertas técnicas y un mes después, el 17 de octubre, los sobres con las ofertas económicas. Si los plazos se cumplen, un mes y medio después, aproximadamente, podría estar adjudicado y rubricado el contrato y listo para empezar las obras. En torno a primeros de diciembre. A partir de ahí, 27 meses de obras de gran complejidad que desembocarían, si no hay contratiempos, a mediados de 2026.

Los plazos de los trabajos, además, tienen en cuenta algunas peculiaridades propias de Valladolid. Por ejemplo, a los 13 meses de comenzar la obra, en torno a principios de 2025, deberían estar finalizadas «las actuaciones relacionadas con las Instalaciones Servicios Logísticos», según explica la memoria. Esto es básico para que puedan ponerse en servicio «las vías entre la conexión a Fasa Renault y el enlace norte de Río Pisuerga de la Variante Ferroviaria de Valladolid». Y que, de ese modo, todas esas mercancías dejaran de cruzar por el centro de la ciudad.

La envergadura de la obra y su relevancia para la ciudad es enorme. No habrá más tráfico de mercancías por el núcleo urbano. Solo los trenes de pasajeros cruzarán por la trama urbana. Sea con el ferrocarril integrado o soterrado. Como curiosidad, en el pliego de condiciones técnicas del proyecto se dice, respecto a los trabajos y las posibles molestias para los ciudadanos, que «las viviendas más próximas al Nuevo Complejo Ferroviario se localizan aproximadamente a 440 metros». El 25% del tráfico ferroviario que atraviesa Valladolid es de mercancías. La memoria explica que «parte de las instalaciones previstas dentro del complejo ferroviario ya se encuentran ejecutadas y en funcionamiento» y que el proyecto «diseña la construcción de edificios, naves, viales internos, zonas de aparcamiento y de acopio, playa de vías y subestación eléctrica».

De las cuatro intervenciones que conforman el contrato, la más extensa es la terminal de servicios logísticos, que ocupará 22,9 hectáreas. En una primera explanada se situará el haz de vías, que en paralelo tendrá la zona de carga y descarga de contenedores. Al sur de las vías se ubicarán el edificio de la terminal y el aparcamiento.

Otro de los edificios acogerá el Centro de Tecnología de Vía. Allí, en 1,2 hectáreas de terreno, se relizarán soldaduras de cruzamientos, cursos de formación y homologación y se almacenarán componentes, según figura en el pliego de contratación. Serán dos áreas diferenciadas.

En el Nuevo Complejo Ferroviario también habrá espacio para las instalaciones de Redalsa, que actualmente se sitúan en el Polígono de Argales. Son visibles desde el paso elevado de la avenida de Zamora desde Vallsur, por encima de las vías. Ocuparán 14,75 hectáreas. Es una empresa dedicada desde 1974 a mantenimiento y tecnología de vía. Adif posee el 52% del accionariado de la empresa.

Y por último, la base de mantenimiento de infraestructura, que ocupará 2.700 metros cuadrados entre los talleres y el centro tecnológico de vía.

No es la única licitación importante este año en lo tocante al tráfico de mercancías por Valladolid. En abril sacó a concurso la vía y electrificación de la Variante Este, por 15, 8 millones de euros. Tendrá un plazo de 18 meses para construirse, con lo que debería estar rematada a finales de 2024 o principios de 2025. También se licitó a finales de abril el suministro y transporte de 85.000 toneladas de balasto para la propia Variante Este y para la playa de vías del Nuevo Complejo Ferroviario. En este caso el coste previsto es de 3,3 millones de euros.