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Varios vehículos transitan por la ronda VA-30, en el tramo desde la carretera de Segovia a la de Soria. Alberto Mingueza

Valladolid

La ronda exterior cumple diez años con récord de tráfico antes de la reforma de la VA-20

La VA-30 ha duplicado el número de vehículos que circulan por ella en su tramo más concurrido, a la altura de la carretera de Segovia

Lunes, 29 de julio 2024, 06:56

Objetivo: descongestionar la VA-20. El 22 de julio de 2014, hace justo diez años, la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor (PP), cortaba la cinta del último tramo que quedaba pendiente de la ronda exterior. A partir de ese momento, los vehículos podían transitar ... por el segundo anillo de la ciudad, una franja de 39 kilómetros sin semáforos, con once viaductos, cuatro pasos superiores y siete inferiores, que conectaba a la Autovía de Castilla (A-62) a la altura de Arroyo, por un lado, y de Cigales, por el otro extremo. Y todo ello, con un deseo: reducir el volumen de tráfico que soportaba la VA-20, la ronda interior, una carretera plenamente integrada desde hace años en varias zonas de la ciudad (como en la avenida de Zamora) y que ahora se enfrenta a una honda transformación en el resto de tramos.

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El Ministerio de Transportes, que pilota el exalcalde Óscar Puente, ha adjudicado las obras para convertir la VA-20 en una travesía. Serán 18 meses de tajo, 12,8 millones de euros de inversión y un proyecto que prevé incorporar carriles bicis, mejores aceras, más zonas verdes y rebajar (desde Michelin hasta el cruce con la carretera de Segovia) la velocidad máxima a 50 kilómetros por hora. Y así, la VA-30 se verá reforzada como alternativa para sortear la ciudad, sobre todo, por parte de los vehículos pesados.

Lo hará, además, en un momento en el que esta ronda bate récord de usuarios. Los mapas de tráfico que maneja el Ministerio de Transportes dicen que más 46.500 vehículos transitan a diario por el tramo más concurrido de esta VA-30, entre la carretera de Madrid y la Autovía de Pinares con el polígono de San Cristóbal. Es el punto con más presión de toda la VA-30, por su conexión con puntos importantes de distribución de tráfico y su acceso a la principal zona industrial de Castilla y León.

Un análisis histórico permite ver cómo el número de vehículos que circulan por aquí se ha duplicado en apenas diez años. En 2012, pasaban 22.279 coches. Un decenio después eran 46.502 (el 108,7% más). Y este incremento se ha dado también en otros puntos donde hay dispositivos que miden el tráfico. A la altura de la CL-610 (el acceso a Covaresa), se ha pasado de 31.882 a 39.161 vehículos (sube el 22,8%). En el tramo más cercano a la calle Oro, de 11.725 a 22.994 (crece el 96,1%). En estos casos, la ronda VA-30 estaba operativa desde 2010. En julio de 2014 fue cuando entró en funcionamiento el resto de la carretera, desde la Autovía de Soria hasta la A-62 a la altura de Cigales, lo que completó el trazado. Por esta nueva zona, el volumen de tráfico desciende significativamente. Por ejemplo, antes del cruce con la carretera del valle del Esgueva, en 2015 (primer año con aforo contabilizado) pasaban 13.125 vehículos. El registro más reciente habla de 17.655 (aumento del 34,5%). En su punto más cercano a Cigales, la intensidad media de tráfico ha crecido de 9.558 a 11.784 (23,2%).

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Este incremento sostenido en la ronda VA-30 ha venido parejo a un descenso en el uso de la VA-20, la ronda interior. Este retroceso apenas se percibe a altura de la carretera de Segovia, tal vez porque este es un punto de conexión con la avenida de Zamora, el polígono de San Cristóbal y el cercano hospital Río Hortega, lo que genera importantes flujos de tráfico. Aún así, se ha pasado de los 22.279 vehículos contabilizados en 2012 a los 21.868 de 2022. Eso sí, el retroceso es más acusado en el caso de los camiones: del 6,3% al 4,6%. El tráfico pesado, prefiere la VA-30. Respecto a la ronda interior, sí que se aprecia más el descenso en otros puntos de medición. A la altura de las Flores, el tráfico medio cae de 29.524 vehículos diarios a 24.499 (-17%). En la conexión con Renedo, cae el 17,8% (de 26.188 a 21.509). Una vez pasado Michelin, se deja el 10,8% (de 29.428 a 26.244).

Así, se constata que la ronda exterior VA-30 ha servido para desahogar, el menos en parte, la presión de tráfico que sufre la VA-20. Y habría que tener en cuenta, además, que en esos diez años analizados (de 2012 a 2022) el número de coches ha aumentado. El parque móvil de Valladolid en 2012 era de 322.011 vehículos. En 2022, de 364.065.

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Este récord en el uso de la VA-30 no solo llega cuando la infraestructura al completo cumple diez años, sino también cuando su alternativa, la VA-20 está a punto de afrontar una completa transformación, encaminada a convertirse en una vía urbana más. La ronda este (VA-20) se mirará a partir de ahora a la avenida de Zamora.

Hace tan solo unos días, el pasado 4 de julio, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible adjudicaba esta obra por un importe de 12,8 millones de euros (IVA incluido). El proyecto dice que, entre otras acciones, persigue «construir un carril bici de diez kilómetros de longitud y poner en marcha medidas para calmar el tráfico en la travesía», con el objetivo de «integrar esta vía en el entorno marcadamente urbano en el que se encuentra». El tramo incluido en la intervención es el que discurre desde el enlace con la Avenida de Burgos hasta la glorieta de inicio de la VA-30 (junto al polígono de San Cristóbal).

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Carril bici y zonas verdes

Las obras, que desde finales de verano ejecutará Ferrovial, incluyen, además de ese carril bici (de 2,3 metros de ancho y doble dirección), el acondicionamiento de nuevas zonas verdes, la reducción del tráfico a 50 por hora (en la actualidad es a 80), el estrechamiento de ambas calzadas (a 6,50 metros), la «rehabilitación estructural del firme» y la construcción de nuevos bordillos y aceras para peatones. Una vez finalizadas las obras, el tramo se cederá al Ayuntamiento, con lo que este tramo de la VA-20 tendrá la misma calificación en el viario como su prolongación, la avenida de Zamora. Así, por ejemplo, la señalización vertical será similar a la que se usa en el entramado urbano (y no en las carreteras).

Esta «pacificación» de la VA-20, con velocidad limitada a 50 por hora, seguro que sirve también como medida disuasoria y empuja a un importante número de vehículos a bordear la ciudad por la VA-30. Son más kilómetros, sí. Pero posiblemente se cubran en menos tiempo.

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Precisamente, cuando hace diez años se inauguró por completo la VA-30, se apuntaba a este ahorro de minutos como uno de los principales atractivos de la nueva infraestructura. El Norte de Castilla hizo entonces la prueba. Un redactor del periódico (A. G. Encinas) cubrió en coche los 24 kilómetros de circunvalación por la ronda interior, semáforos incluidos. Tardó 22 minutos y 45 segundos. En completar los 39,5 kilómetros de la circunvalación exterior (en ambos casos se incluye el tránsito por la A-62) invirtió apenas unos segundos más: 23 minutos y 20 segundos. Aquí, aunque la distancia es mayor, los conductores se evitan los semáforos, con lo que pueden pisar un poco más a fondo el acelerador. De acuerdo con los cálculos del Ministerio de Transportes, la velocidad media de los vehículos ligeros, en el tramo de la VA-30 más cercano a la carretera de Segovia, es de 104,1 kilómetros por hora (el límite de la vía está fijado en cien). En el caso de los vehículos pesados, la velocidad media es de 86,5 por hora.

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