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El Norte
Valladolid
Sábado, 29 de abril 2023, 13:41
La autovía de Castilla (A-62), en sus dos vertientes (Burgos y Salamanca), y la carretera de Soria (N-122) lideran la lista negra de la siniestralidad mortal en las principales vías de Castilla y León y también en Valladolid, provincia esta última en la ... que suman once muertes en los últimos tres años (32 en el conjunto de Castilla y León), con el matiz de que la segunda vía es aún de un carril en cada sentido en buena parte de su trazado y soporta un volumen hasta tres veces inferior a la autovía.
La urgencia de acelerar las eternas obras de desdoblamiento de la N-122, ahora en marcha en el tramo entre Tudela, Olivares y Quintanilla de Arriba, apunta así a una necesidad acuciante. Solo basta mirar a los registros de siniestralidad para comprobar que esta carretera, tanto en el tramo comprendido entre Valladolid y Soria, que también atraviesa parte del sur de provincia de Burgos, como en los setenta kilómetros entre la capital Zamora y la frontera con Portugal, se ha convertido en una de las vías más letales de Castilla y León con 14 fallecidos en los últimos tres años.
No obstante, la vía que acumula un mayor número de víctimas mortales en la comunidad, y también la de más volumen de circulación, es la A-62, que entre 2019 y 2022 sumó 18, concentrados en los tramos entre Fuentes de Oñoro y Martín de Yeltes, en la provincia de Salamanca (9 fallecidos), y entre Valladolid y Tordesillas (8). Hay que tener en cuenta que la intensidad de tráfico de la A-62 triplica, en ocasiones con creces, la media habitual de la N-122.
En tercer lugar de la lista negra de la siniestralidad mortal en la región figura la A-66 (Zamora, Salamanca y León), con once fallecidos; por delante de la N-120 (Burgos, Palencia y León), con diez muertos, la mitad en la provincia de León, y la A-6, con nueve (4 en Valladolid, 4 en León y 1 en Zamora). La A-1, sumando el tramo de la AP-1, suma siete, uno más que la N-234 (Soria y Burgos) y la N-110 (Ávila y Segovia). Después, con cinco, se encuentra la N-601 (Segovia, Valladolid y León).
Las cinco principales vías, en lo que a la mortalidad se refiere, de la comunidad suman en su conjunto 62 fallecidos entre 2020 y 2023, lo que supone el 21% de los fallecidos en Castilla y León (293). Por provincias, en estas cinco carreteras, Valladolid (8 muertos en la A-62, 4 en la A-6 y 3 en la N-122) y León (6 en la n-120, 5 en la A-66 y 4 en la A-6) lideran el fatídico balance con 15 fallecidos en cada una de estas provincias; seguidas de Salamanca, con 12 (9 en la A-62 y 3 en la A-66), y de Zamora, con 8 (4 en la N-122, 3 en la A-66 y 1 en la A-6).
Según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno, en los últimos tres años han fallecido en las carreteras de la comunidad 293 personas. Por provincias, León se sitúa a la cabeza con medio centenar de víctimas mortales, por delante de Burgos, que suma 43 y de Valladolid, con 38. En el extremo opuesto figura Palencia, con 18. En Salamanca se registraron 33 fallecidos, 31 en Zamora, 25 en Ávila, 28 en Soria y 27 en Segovia, informa Ical.
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A la larga lista negra de la N-122 hay que sumar los tres fallecidos registrados durante el presente año. El siniestro más grave ocurrió el 14 de enero en la localidad soriana de Golmayo, donde dos camioneros, de 59 y 60 años de edad, fallecieron en una colisión frontal entre sus vehículos pesados. Dos meses después, el 31 de marzo, el vuelco de un turismo en Muelas de Pan (Zamora) dejó un fallecido y tres heridos.
Pero no solo los datos de accidentes mortales certifican la peligrosidad de esta vía. Un tramo de la N-122, cerca de Ágreda (Soria) y del límite autonómico con Aragón, fue el pasado año el punto de Castilla y León con el índice más elevado de riesgo, según el informe que anualmente elabora el Real Automóvil Club de España (RACE) y en el que se tuvo en cuenta la siniestralidad del periodo 2019-2021.
En este índice de riesgo, que recoge la cifra de accidentes, fallecidos y heridos de gravedad, así como la frecuencia diaria de vehículos, además del tramo de Agreda, en la cuarta posición también figura otro cerca de la localidad de Trabazos (Zamora), también en la N-122.
Aunque en el 1993 la Junta lo declaró «prioritario», no fue hasta 1997 cuando arrancó el proyecto de la autovía A-11 con el principal objetivo de vertebrar de este a oeste Castilla y León y facilitar el transporte por carretera en el corredor entre Francia y el norte de Portugal. Sin embargo, nada de esto ha servido para acelerar unos trabajos que se han enquistado en distintos puntos de la comunidad y que han terminado con la paciencia de los municipios afectados. 26 años después y ocho gobiernos de dos signos políticos, sólo se han puesto en servicio 182 kilómetros de los más de 400 de esta vía.
Pese a las múltiples quejas, manifestaciones y sobre todo, siniestros, la conversión en autovía de esta carretera sigue siendo una quimera. Desde uno de los organismos más reivindicativos, la plataforma 'A-11 Pasos', de Peñafiel, se denuncia que a pesar de ser una vía que los expertos consideraron estratégica hace 30 años, el problema radica en que atraviesa una zona de «baja densidad de votos» .
Alfredo Molinero, uno de los portavoces de esta plataforma, explica que al margen de estar ante el incumplimiento fragante de una promesa electoral que se viene repitiendo desde hace casi treinta años, el principal factor que impulso la puesta en marcha de la plataforma es la peligrosidad de la travesía de Peñafiel y el «riesgo que tenemos que correr los que diariamente utilizamos esta carretera».
Además, Molinero lamenta que la peligrosidad e incomodidad de la N-122 es una demostración más del abandono de las zonas rurales. «Qué trabajador de Valladolid o Aranda va a querer establecer su residencia en los pueblos ubicados a los lados de la N-122 y tener que enfrentarse todos los días al riesgo y la incomodidad de esta peligrosa carretera», se preguntó.
En la actualidad el Ministerio realiza obras en casi 44 nuevos kilómetros de A-11, vía que el pasado año solo sumó los 16,2 kilómetros del tramo entre el enlace de Santiuste y Venta Nueva, en Soria, obras que se adjudicaron en 2009. El siguiente tramo que entrará en vigor será el de El Burgo de Osma-San Esteban de Gormaz, también en la provincia soriana. Sus 9,2 kilómetros están previsto que entre en funcionamiento antes del 30 de septiembre.
Los trabajos también avanzan lentos en los dos tramos de Valladolid, el de Olivares de Duero-Tudela, cuyas obras se iniciaron hace tres años, en diciembre de 2019, y el de Olivares de Duero y Quintanilla de Arriba, que arrancaron en noviembre de 2020. Por otra parte, el tramo de la variante de Langa a Aranda de Duero, que vio como se anulaba un contrato firmado en 2008 por 65 millones en 2008, cuenta ahora con un nuevo proyecto que contempla una inversión de 166,8 millones para 22,3 kilómetros. Está previsto que sea licitado este verano.
Por otra parte, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana aprobó de manera definitiva el pasado 5 de abril el proyecto de construcción del tramo entre San Martín del Pedroso y la frontera portuguesa de la autovía A-11. Un tramo que tiene una longitud de poco más de kilómetro y medio y que se ubica en el término municipal de Trabazos. El tramo comienza en el enlace de San Martín del Pedroso y finaliza en la frontera con Portugal en el Puente Internacional sobre el Río Manzanas y contempla la ampliación a autovía de la actual N-122.
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