Los comerciantes ven con recelo la peatonalización de María de Molina en Valladolid

No lo ve así Marta Domingo, que regenta la tienda de moda Pilar, quien considera que «el comercio no suele beneficiarse de estas peatonalizaciones fuera de calles como Santiago» y reconoce que ven el proyecto «con temor». El mismo que expresan las propietarias del aparcamiento de la calle Doctrinos, un negocio que abrió sus puertas en 1985, cuando apenas contaban con la competencia del estacionamiento de la Plaza Mayor, y que «desde que comenzaron las obras –el pasado lunes–» afirman que han perdido «el 70% de la clientela habitual». Cifras malas que ya venían arrastrando, apuntan, desde la peatonalización el año pasado del eje de Claudio Moyano.

Las dueñas de este negocio familiar nacido en los años ochenta, que a día de hoy ofrece 115 plazas rotatorias, mantuvieron un reciente encuentro con el concejal Luis Vélez para pedirle que «permita, al menos, el paso de usuarios que vengan al aparcamiento por María de Molina». Ahora, y en adelante, solo cuentan con un acceso de vehículos desde la plaza de Zorrilla por el primer tramo de María de Molina que desemboca en Doctrinos, el único que se mantendrá abierto cuando concluya la obra. «De los garajes particulares estimamos que van a poder circular por María de Molina más de 1.500 vehículos y entendemos que dejar abierta esta entrada desde Poniente para un servicio que no deja de ser público como el nuestro apenas tendría repercusión», proponen.

«Estamos abiertos al diálogo, pero entendemos que no es razonable permitir el paso de vehículos para aparcar por una calle peatonal que ya va a estar transitada para los vados y los espacios de carga y descarga, sobre todo, cuando el aparcamiento cuenta con una entrada por el otro lado de María de Molina», apunta el concejal de Movilidad, quien defiende los «beneficios» que traerá la peatonalización de esta vía, que incluye un tramo de Veinte de Febrero junto al Lope de Vega.