Los trabajadores de Renault y Michelin vuelven al trabajo entre mamparas y mascarillas

Dependiendo de cuál sea el puesto donde cada uno desempeña su función, unos trabajadores están obligados a llevar mascarillas de las denominadas quirúrgicas (no filtran el aire que se respira, sino el que se expulsa durante la respiración); otros van equipados con mascarillas del tipo FFP2 (sí filtran el aire inhalado y evitan que partículas y aerosoles contaminantes entren en el sistema respiratorio); y algunos, además, con gafas y pantallas de protección. El uso de guantes es algo común en las factorías, de modo que no provoca tanta extrañeza.

El retorno a la actividad de Renault, de momento solo en las instalaciones de Motores y en las secciones relacionadas (ingeniería y logística) no tiene nada que ver con la vuelta que se produce tras cualquier otra parada. En la entrada al recinto es necesario someterse a una toma de temperatura pasando por una cámara térmica (más de 37,5 grados le dejan a uno fuera de juego) y antes y después de la ocupación de cada puesto, todo el material así como las zonas de contacto común, pasan por un proceso de desinfección.

Siguiendo las recomendaciones de los expertos sanitarios y al igual que ya ha sucedido en otras empresas, las máquinas de vending y cafeteras han sido clausuradas, así que los trabajadores deben llevar de casa el tentempié de la jornada.

En materia de higiene y seguridad los protocolos son similares en Michelin, pero las características de la producción motivan que el retorno difiera del de la firma del rombo. En Renault el regreso tiene etapas: ayer, mandos, ingeniería y logística; hoy, formación para los operarios; mañana, inicio de la actividad de mecanizado;y el viernes, comienzo de un turno en Motores; en total, algo más de 800 personas. Mientras, el fabricante de neumáticos ya ha activado tres turnos de trabajo –cada uno al 20%– y hoy verá salir de la fábrica sus primeros productos terminados.

El comportamiento del mercado es todavía una incógnita, sobre todo en lo que respecta a coches y motos. Sin embargo las cosas están algo más claras en otros segmentos de negocio que involucran a las factorías vallisoletanas: Renault tiene que suministrar motores a sus clientes –sobre todo Nissan y Mercedes–, mientras que la demanda de neumático agrícola, uno de los que fabrica Michelin en Valladolid, es la que menos parón ha sufrido.

Y hasta aquí las similitudes, ya que el rearranque ha sido recibido con recelo por parte de los sindicatos en el caso de Renault y con mayor consenso en el de Michelin. UGT tilda de «irresponsabilidad» la organización del retorno al trabajo en el fabricante automovilístico, «generando intranquilidad» llamando a los trabajadores «sin saber la fecha real de arrancada». Para CC OO la reactivación de la actividad es «precipitada» y CGT la califica de «una temeridad mientras dure el estado de alarma».

En cuanto a Michelin, la representación de CC OO en el comité intercentros describió la vuelta como «algo dentro de la normalidad», llevado a cabo de una manera «tranquila» y con la plantilla «respondiendo bien».