Valladolid

La Torre Ariza se desprende de su piel acristalada de oficina para acoger 53 pisos

La compañía propietaria de la que ya ha adoptado el nombre comercial de Torre Ariza, la empresa Norforest, que lo adquirió en 2022 y que el pasado mes de febrero recibió la licencia de obras por parte del Ayuntamiento, ha iniciado las labores de transformación de esta construcción que se levantó con la idea de venderse para acoger espacios de trabajo y que ha reconducido su destino para alojar más de medio centenar hogares.

Quince meses y medio es el plazo previsto para que esta finca cambie no solo su distribución interior -ahora la mayoría de las plantas están diáfanas-, sino para que modifique su estética externa con el objetivo que los futuros vecinos ganen luz natural y terrazas frente al aspecto hermético de esa envolvente diseñada para el ámbito laboral. Los operarios han iniciado ya la retirada de las grandes lunas de vidrio que revisten el edificio, una labor sensible por el peso de estas piezas que se tienen que ir desmontando una a una.

Es el primer paso de esta operación de reciclaje inmobiliario que llevará a cabo la empresa Dragados. Explica Diego Valera, director de contratación de Norforest, que se trata de una obra compleja. Aunque la cimentación y la estructura están ejecutadas, el trabajo para cambiarle la piel tiene su aquel. Si se observan las recreaciones infográficas de la futura promoción lo que ahora son unas fachadas planas con grandes piezas de vidrio se convertirá en una envolvente con ventanas y balcones en toda su superficie. Este 'lifting' externo se logrará a través del anclaje de unos petos de hormigón prefabricado que serán los que abran el inmueble hacia la calle y le den el aspecto de un edificio residencial clásico.

«De momento solo se van a retirar algunas partes del acristalamiento para que el polvo de las demoliciones interiores que se van a acometer durante aproximadamente dos meses no afecte a los vecinos de los inmuebles colindantes», explica Valera. Una vez se complete esa labor en el interior, se continuará retirando la piel de vidrio para trabajar en su nueva envolvente.

Según la información facilitada por la empresa, el 30% de las viviendas de esta promoción ya han sido adquiridas. El bloque, que cuenta con dos sótanos con 175 plazas de aparcamiento, ofrece pisos de entre uno y cuatro dormitorios con precios que oscilan entre los 200.000 y los 390.000 euros. El plazo que baraja Norforest es concluir el grueso de las obras de transformación en octubre de 2025 para entregar las viviendas en el primer trimestre de 2026.

La promoción ofrece además 600 metros cuadrados de bajos comerciales y unas zonas comunes para los futuros residentes, también en planta de calle, en las que destacan un gimnasio y una sala gourmet con cocina fría para que los propietarios puedan organizar reuniones con familia y amigos. La primera planta del inmueble mantendrá el uso terciario para oficinas, según acota el portavoz de la compañía propietaria, que cuenta con Vallenova para la comercialización de las casas.

Las expectativas para esta nueva oferta inmobiliaria son buenas. Valera destaca que son precios «más moderados» que los de otras zonas en desarrollo. Además, incide en que se sitúa en primera línea de Arco de Ladrillo, enfrente del conjunto de edificios protegidos de los viejos cuarteles, lo que asegura buenas vistas al no contemplarse la construcción de futuros bloques frente a esta Torre Ariza.

Esta arteria de entrada y salida de la ciudad es en este momento una de las áreas con mayor actividad constructiva de la capital. No solo en Ciudad de la Comunicación hay movimiento. Justo enfrente, el denominado plan de los cuarteles ya está en pleno desarrollo con la edificación de varias promociones. En total, contará con 837 viviendas. En la primera fase se prevén 769 (94 protegidas). En la segunda fase, están previstas otras 68, todas de VPO.

A este imulso residencial se suma la rehabilitación del primero de los inmuebles castrenses catalogados para albergar la sede de la Escuela de Diseño. Este centro de formación se asentará en el esquinazo de la calle General Shelly con el nuevo paseo de Bartolomé de las Casas, en las naves de ladrillo rojo que en su día acogieron los talleres del acuartelamiento de Caballería. La inversión en la rehabilitación y adecuación de este inmueble alcanza los 2,5 millones de euros.