Valladolid

Temor en el comercio de Labradores a que la obra del túnel los deje «encerrados y sin visibilidad»

«Nos han dicho que la van a poner una distancia de 1,80 metros de la fachada de nuestros negocios; va a dificultar el paso de peatones y lleva una tela verde que va a impedir que se nos vea», explica Rafael Valdueza, propietario de la tienda de cocinas situada en el número 46 de esta vía.

Temen que esta franja de acera, con una anchura total de unos cinco metros, se convierta en una zona de acopio de materiales para la obra. De momento, a Tania Arcos, propietaria del bar La Pequeña, el Ayuntamiento ya le ha comunicado que no podrá renovar la licencia de su terraza. «Me han dicho que la razón es que se va a hacer una obra que beneficia a la ciudadanía, pero no me han dado más opciones; una alternativa era ponerla en la calle Loza, pero mis gestora ya me ha dicho que no va a ser posible», se lamenta. Se da la circunstancia, además, de que esta hostelera y sus compañeros de calle ya sufrieron los efectos colaterales de la obra de Panaderos. «Estuvieron aquí metiendo un colector y también nos vallaron por completo», recuerda.

Así las cosas, todos los comercios de esta fachada de los pares reclaman al Consistorio que adopte medidas para minimizar los perjuicios de un tajo del que no se creen los plazos. «Dicen que va a durar ocho meses, pero un año no nos lo quita nadie, lo veremos», pronostican . «No estamos pidiendo nada extraordinario, pero al menos que no nos tapen, que utilicen otro tipo de tela que no nos oculte, que permita ver que seguimos abiertos y funcionando, porque pagamos los mismos impuestos que las tiendas de la calle Santiago», reclaman.

Con la obra ya en marcha, critican, además, que «nadie» del Consistorio se haya puesto en contacto con ellos. «Somos nosotros los que tenemos que interrogarles, hemos llamado al Ayuntamiento y nos dicen que pongamos una queja, yo creo que con una obra de estas características tienen que ser ellos los que informen y nos den alternativas», subraya Valdueza.

En la acera de enfrente, también se ha instalado un vallado de protección, pero allí, al seguir abierto el veterano paso peatonal que une Labradores con la avenida de Segovia, se ha acercado más a la estructura del túnel. «Lo que pedimos es algo básico, primero que nos informen bien y luego que no nos dejen aquí encerrados, porque esto va para largo; cuando hay una obra tan grande como esta, los clientes dejan de venir por las molestias que les supone», afirman. Hay que recordar que el pasado viernes el alcalde presentó el plan Reconstruye 2024 en el que se aseguró que el desarrollo de las diferentes obras se iba a coordinar con los comercios afectados para reducir al máximo las molestias que generan.

La clausura de la calle Labradores ya ha provocado otro efecto en el entorno. El carril de giro a la izquierda que había en Nicolás Salmerón se ha convertido en una nueva franja de aparcamiento con capacidad para once o doce vehículos. Se trata del tramo que va desde San Luis a Labradores. El Ayuntamiento ya ha pintado el espacio con el azul de la zona ORA y este miércoles todos los puestos estaban ocupados por coches. Tan solo los propietarios de vehículos que tengan un vado en Niña Guapa pueden acceder para dirigirse a sus garajes, ya que en la calle Nogal sigue en ejecución una obra.

A día de hoy, Labradores se ha convertido en un escenario de zanjas, vallas de todos los tipos y maquinaria repartida por su trazado. En el interior del túnel ya se ha comenzado a picar el asfalto de su solera para iniciar la excavación con el objetivo de que el paso gane gálibo y evitar así que los autobuses y los camiones de medio tonelaje se queden empotrados.