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Técnicos de conservación urgen al traslado «urgente» de las esculturas de Gregorio Fernández de la iglesiaLas imágenes procesionales de la Cofradía de la Vera Cruz presentan buen estado de conservación aún con una importante capa de polvo y suciedad. La Fundación de Las Edades del Hombre ha realizado este jueves una valoración inicial sobre el estado de las piezas de ... Gregorio Fernández no detectando ningún impacto de los cascotes del desplome de la cúpula del templo penitencial ni ninguna grieta como consecuencia del impacto a plomo sobre el interior de la linterna y parque de la cubierta de la iglesia. La directora del Centro de Conservación y Restauración de la Fundación de Las Edades del Hombre, Consuelo Valverde, ha inspeccionado «una a una» todas las piezas del imaginero del barroco, «poniéndose frente a frente a ellas, mirándonos a los ojos», como describía la propia técnico a El Norte de Castilla, «y me he encontrado con una evaluación positiva pese a la desgracia de los hechos acontecidos».
Consuelo Valverde traslada de esta manera un mensaje de «tranquilidad» a los cofrades en particular pero también a los devotos y vallisoletanos en general «dado que estamos ante una situación preocupante, crítica en cuanto al desplome de una cubierta, pero donde las tallas en todo momento no han sufrido aún con las cautelas de un primer examen visual». Sin embargo, una circunstancia que sí preocupa a los profesionales de conservación y restauración es «el oscilamiento grande de las condiciones de humedad y temperatura que están soportando las imágenes más en los últimos días». En este sentido la propia responsable de la entidad «urge» al tiempo que «recomienda» actuar «con rapidez» en el traslado de las figuras a un entorno seguro de condiciones medioambientales, «más propicio para una óptima conservación».
Y es que, desde primera hora de la tarde del pasado martes, momento en que se derrumbó la cubierta, la iglesia de la Vera Cruz tiene un boquete abierto en su techumbre de unos 100 metros cuadrados dado que la cúpula tiene 12 metros de diámetro. Un gran agujero por donde además de entrar de manera directa los propios cambios de temperatura registrados en las horas de día pero también de noche de la capital vallisoletana con intensidades muy dispares, también entró en la madrugada del miércoles una gran cantidad de agua como consecuencia de la tormenta registrada. «Unos litros que no afectaron a las esculturas de manera directa pero sí propiciaron al interior una humedad que precisamente no ayuda a una óptima conservación de las mismas», explica esta profesional de la conservación y restauración, pero que sí le ha lleva a apremiar a sus propietarios a una mudanza sin mucha demora para evitar de este modo sorpresas en un futuro. A partir de aquí, aclara Consuelo Valverde, ya se ha ofrecido a la propia hermandad vallisoletana para hacer un seguimiento durante las próximas horas, días y semanas de las tallas por si como consecuencia de estos cambios de temperatura y humedad pudieran aparecer patologías posteriores y que en una primera inspección es difícil encontrar.
«Mi compromiso es controlar la oscilación de temperaturas y humedades», manifestó la directora poco después de haberse bajado de los mismísimos altares y hornacinas donde las tallas reciben culto. Un momento que marcará su bagaje profesional, determina, «porque nunca me había enfrentado a una situación tan impresionante como esta»: «Cuando entras al templo por la sacristía -mediante una puerta sita en el presbiterio se accede a la nave principal- se te encoge el alma», relataba Consuelo Valverde, «todavía con el alma encogido de todo lo que me he encontrado ahí dentro» y eso que desde última hora del jueves los operarios comenzaron a barrer el suelo, quitar escombros, retirar bancos… «Entras a la iglesia a través de una nube de polvo, esta todo sucio, muy sucio». «Impacta bastante», resume.
Y esas sensaciones y sentimientos han ido 'in crecendo' para esta técnica hasta convertirse en emociones. Lo profesional ha estado entremezclado en todo momento con lo sentimental y devocional, tal y como corrobora, «porque me he puesto a su altura para inspeccionar unas tallas de gran valía escultórica y patrimonial y de muchísima devoción y arraigo entre los vallisoletanos». Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, Ecce-Homo, La Oración del Huerto… Ha sido un encuentro directo con estas piezas ayudándose de una escalera, la correspondiente protección para subirse en las mesas de altar y en las hornacinas para acceder mejor a las obras y, a partir de aquí, casi un abrazo técnico y sentimental: «Ha sido una valoración inicial donde me he ayudado de una linterna y he comprado el buen estado de las piezas mirándolas a los ojos, frente a frente».
Pero uno de los momentos más conmovedores, narra Consuelo Valverde, ha sido al acceder al camarín de Nuestra Señora de la Vera Cruz, la gran pieza artística y espiritual de Gregorio Fernández, en el gran espacio que ocupa en el altar mayor: «Es un encuentro indescriptible con lo que me corroboro en que estamos ante piezas que tienen alma» hasta el punto de que las sensaciones que percibía esta restauradora aún en el silencio del derrumbe de la cúpula del templo «es como que la Dolorosa de Valladolid me pidiese ayuda y que la saque de allí». Las circunstancias de este trabajo reconoce que no han sido favorables por encontrarse inmersa en ese escenario pero muy satisfactorio porque ha podido comprobar in situ que las piezas están bien y esperando en sus hornacinas una marcha temporal de su casa.
Una mudanza que, según estima la propia penitencial en declaraciones de su propia secretaria, Beatriz Tovar, podría ser antes de terminar la semana corroborando de este modo la recomendación de la responsable de Las Edades del Hombre. Así, confirmando el cobijo de las imágenes en la Catedral y en la iglesia de San Miguel de Valladolid, Consuelo Valverde detalla que el traslado de las imágenes dependerá de la casuística de cada obra explicando en este sentido que los movimientos los realizará este organismo, con su supervisión, a lo que también quiso trasladar un mensaje de tranquilidad «porque se trasladarán en las mejores condiciones en la premura que significa este caso de emergencia» preguntada así por el tipo de transporte, empaquetado, embalado o encajado de las mismas en los correspondientes cajones y posterior transporte especializado. «La premisa es actuar con rapidez», aseveró al describir que la empresa que ejecuta los trabajos tanto para la supervisión de este jueves por la mañana como para la propia salida de las tallas ha diseñado un plan de evacuación por el interior evitando la zona central por donde pudiera aún todavía caer algún cascote de la techumbre del perímetro de la cúpula desplomada.
Se tratará, a buen seguro, de unas tareas discretas por parte de la mencionada fundación y de la cofradía, como prefieren sus directivos, si bien es verdad que los vallisoletanos podrán asistir a encontrarse por las calles con el voluminoso paso de El Descendimiento, la monumental obra en altura de Gregorio Fernández del año 1623, dado que su envergadura obliga a desplazarle a la Seo Metropolitana en su propia carroza motivando también que en las próximas horas, aún lejos del periodo procesional, el Cabildo Catedralicio instale las rampas de acceso al templo para la entrada del conjunto escultórico en las mejores condiciones. Una vez las tallas recuperadas de su templo, los técnicos valorarán más detenidamente la profundidad de la intervención a ejecutar, más integral o más en superficie.
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