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La Audiencia le condena, por tocamientos a una empleada, a cinco meses de cárcel, pero no ingresará en prisión si no reincide en dos añosLa Audiencia de Valladolid ha condenado a un empresario de hostelería, Matías J. M. V. R., a la pena de cinco meses de prisión por ... acosar sexualmente a una camarera que trabajaba en su establecimiento. El hostelero ha reconocido la autoría de los hechos, ocurridos en febrero de 2022, y se ha conformado con la condena, aunque le ha sido suspendida por dos años con la condición de no volver a delinquir en ese tiempo.
La sentencia, que ha sido dictada en el momento por el tribunal de la Sección Cuarta, está condicionada además al cumplimiento de la medida de libertad vigilada por un año, que empezará a contar en cuanto se dicte el auto de suspensión de la condena de prisión, así como la prohibición de acercarse y comunicarse a la denunciante.
El tribunal advirtió al acusado que tendrá que estar a disposición del tribunal y notificar cualquier cambio de domicilio. El fallo impone también la inhabilitación especial para desempeñar cualquier oficio que conlleve tener contacto con menores de edad durante tres años, una disposición obligatoria que se aplica automáticamente a los autores de delitos sexuales desde que entró en vigor la 'Ley del sí es sí'.
Los hechos admitidos este martes en la Audiencia de Valladolid por el hostelero quedaron recogidos en la cámara de seguridad del local. En su escrito de calificación provisional, la fiscal ha tipificado los hechos como un delito de acoso sexual y solicitó inicialmente para el encausado una condena de seis meses de prisión, medida de libertad vigilada por un periodo de dos años, la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 500 metros, así como de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento. En el acuerdo definitivo, se le ha reducido en un mes la condena de cárcel y se ha admitido la petición de suspenderla, con lo que no irá a prisión. Previamente se estudiaron sus antecedentes.
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El acusado, Matías J. M. V. R., estaba al frente de un bar en la calle Vega de Valladolid, donde la denunciante, A. M. D., comenzó a trabajar en marzo de 2021. Según refiere el escrito de la acusación, el hostelero adquirió la costumbre de tocarle el culo, sin consentimiento de ella, y de abrazarla manifestándole expresiones del tipo «qué culo más bonito» y «ven, dame cariño». Este acoso sexual en el entorno laboral fue en aumento, pero la gota que colmó el vaso y dio lugar a la denuncia por parte de la empleada se produjo en febrero de 2022. La camarera se encontraba de espaldas manipulando el microondas en la barra del bar y en ese momento el acusado se acercó por detrás y le tocó el culo. La empleada, que finalmente se cogió la baja laboral por el acoso sufrido, fue despedida el 9 de marzo de ese año.
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