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«Aquí llevamos años esperando una decisión definitiva a sabiendas de que el Ministerio del Interior, propietario de los terrenos, planea desde hace más de diez años demoler esta comisaría (la de Las Eras) y presumiblemente vender también el edificio de la Jefatura de ... la calle Felipe II», explican fuentes sindicales de la Policía Nacional antes de recordar que aquel proyecto, sin embargo, se lo llevó la crisis del ladrillo. Pero los planes del ministerio, no obstante, parecen apuntar a la clausura definitiva de la comisaría, situada entre las calles Sementera, Trilla y Mieses, en la que a día de hoy tan solo trabajan una veintena de agentes a diario, en su mayoría, en las oficinas del ala destinada a los sindicatos;si bien en sus instalaciones se mantiene abierta una oficina de denuncias (de lunes a viernes) y las sedes de las unidades de Guías Caninos (los perros se encuentran en la base militar de Villanubla) y de Subsuelo, además de mantener el servicio de vigilancia.
«Lo último que sabemos es que Interior cuenta desde hace un año con un proyecto de demolición, aunque siguen sin poner una fecha concreta a la posible clausura y, sobre todo, al destino de las unidades –solo podrían trasladarse a Delicias o Parquesol– y de las propias oficinas de los sindicatos», resumen fuentes del Sindicato Unificado de Policía (SUP) antes de reconocer que la comisaría, en la que apenas se ha invertido nada en los últimos años (el ministerio apostó por remodelar y ampliar progresivamente la comisaría de Delicias), «está obsoleta y apenas tiene un uso efectivo ahora mismo».
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Su posible demolición y la venta de los terrenos permitiría dar continuidad a los terrenos que ocupaba el Servicio de Limpieza, cuyas naves están ya demolidas para dar paso a la construcción de un conjunto residencial de 57 viviendas de protección y a la apertura de un parque público. La comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, la más veterana y la que se encuentra en peor estado de los cuatro centro policiales de la ciudad (Delicias, Parquesol, Felipe II y esta de Las Eras), ocupa una manzana entera con un picón anexo hacia las rotondas de la calle Mieses que alberga un campo abandonado de fútbol rodeado de setos, en los que entrenan los perros adiestrados de los guías caninos. Todo apunta a que estas instalaciones tienen los días contados.
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