Cómo sobrevolar un dron de forma segura: permisos, multas y prohibiciones

Los alumnos de escala ejecutiva y básica de la Policía Nacional que están desempeñando su periodo de prácticas en Valladolid asistieron el pasado día 19 en la Comisaría de Delicias a una jornada formativa impartida por el inspector jefe, responsable del área de Protección y Seguridad Aérea, acerca del uso de drones y la normativa que lo regula.

El objetivo era acercar a los alumnos al trabajo que desempeñan los especialistas de la Policía Nacional, que velan por que dentro de los entornos urbanos en los que trabajan no se produzcan vuelos de drones no comunicados o que puedan suponer un riesgo para la integridad física o la intimidad de otros ciudadanos.

Actualmente, cualquier dron que sobrepase los 250 gramos de peso o cualquiera que incorpore medios de captura de imagen o sonido pierde la consideración de juguete recreativo y está sujeto a la normativa que regula su uso y vuelo, ya que se considera una aeronave. Asimismo, cualquier vuelo de un dron tiene que ser comunicado a través de la sede electrónica del Ministerio del Interior, y cumplir con los requisitos necesarios para volar en la zona concreta en la que se encuentre. Los requisitos para volar de manera segura un dron se deben consultar en la web de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), siendo también necesario informarse de los requisitos específicos por lugar y hora de vuelo en la web Enaire drones.es.

Los especialistas del Área de Protección y Seguridad Aérea de la Policía Nacional reciben las comunicaciones de esos vuelos, para supervisar y comprobar que no entren en conflicto con circunstancias excepcionales que se puedan dar en la zona que controlan, como por ejemplo eventos deportivos, concentraciones y manifestaciones, visitas de personalidades o el vuelo programado de otras aeronaves.

En caso de que el vuelo no haya sido comunicado en la forma indicada, a través de la sala CIMMAC del 091 de la localidad donde se ha detectado, se comisiona a una dotación policial que se dirige a la ubicación del piloto, a quien se identifica y ordena hacer aterrizar el dron de manera segura. Las sanciones que conllevan estos vuelos no comunicados pueden ir desde los 100 euros a los 600 euros en el caso de las infracciones leves, a cuantías entre los 600 euros y los 30.000 euros cuando se trata de infracciones graves.

Las prohibiciones más habituales a tener en cuenta, cuando se vuela en un entorno urbano, son mantener una distancia mínima respecto a los edificios, no volar sobre tejados, o sobre concentraciones de personas. Hay que tener muy presente que el vuelo de los drones, en caso de sufrir una caída o colisión contra el entorno o incluso otro dron, puede provocar lesiones importantes a las personas o daños materiales. Así mismo las imágenes y sonidos captados por un dron pueden invadir la intimidad de las personas y ser constitutivas de una infracción administrativa o penal.

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