El rey del 'simpa' propina un puñetazo a un hostelero de Delicias por no servirle

«Vino y dijo que no le sirviésemos, que era el que no pagaba y que a él le había dejado 10 euros a deber», cuenta Maripaz, propietaria de El Bierzo. Tras echarle del bar se fue sin mediar palabra y, según relata, se sentó en el parque de la Paz.

Con el bar ya en calma, parecía que la tormenta había pasado, pero nada más lejos de la realidad. «A las diez y media de la noche volvió y ya le reconoció mi compañera», relata Maripaz. Ella no estaba allí cuando D. M. V. regresó, pero sí una clienta que grabó en vídeo el momento en el que le expulsaban del bar y que ya circula por las redes sociales. «Que ya se te conoce, que eres famoso», se escucha en el vídeo, a lo que él responde: «¿Ah, sí?». Una vez fuera del bar, solicita que no se le grabe y se marcha no sin antes ponerse «algo agresivo y violento».

Al rato, Maripaz recibió una llamada alertando de que lejos de irse a casa, el experto en 'simpas' estaba en el bar La Bohemia, también en Delicias, situado a la vuelta de la esquina, en el paseo de Farnesio. «Parece ser que va de barrio en barrio probando a ver quién no le conoce, pero si no es uno es el de al lado y entre todos nos avisamos», agradece esta mujer, quien confía en que «no vuelva a intentarlo».

En La Bohemia fue cuando D. M. V. concluyó su ruta de bares con presencia policial incluida. ¿El motivo? Propinó un puñetazo a la altura del hombro a Paco, propietario de este establecimiento, por negarse a servirle un tinto de verano horas antes. Ni corto ni perezoso, el deudor dijo «en tono amenazante»: «¿Quién te crees que eres, el alcalde del barrio?». Y le golpeó. Varios clientes se abalanzaron sobre él y consiguieron reducirle hasta que llegó la policía. Mercedes, propietaria de este bar, asegura que su primera visita fue a media tarde. «Pidió un tinto de verano y antes de ponérselo vino rápidamente el del bar La Suerte a decirnos que no le sirviésemos que se había ido de su bar sin pagar tres cañas y una ración de patatas», recuerda. Paco, su marido, que estaba recogiendo la terraza cuando llegó D. M. V., apenas escuchó la pregunta que le hizo cuando recibió el golpe. «Por suerte quedó solo en eso y había gente para impedir que siguiera pegándole».

La llegada de los policías fue rápida, según aseguran, pero «no hicieron nada». «A los agentes les dijo que había sido mi marido el que le había pegado a él y, pese a saber que no era así, le dejaron irse sin más», cuenta Mercedes. Por el momento, no tienen pensado denunciar la agresión pese a la recomendación de los agentes de hacerlo.

Ahora, esta hostelera de Delicias asegura tener «algo de miedo en el cuerpo por si vuelve a intentarlo y se pone violento», ya que abre todos los días a las seis de la mañana y «no suele haber nadie en la calle».