El regimiento de Caballería Farnesio formando en el patio del cuartel Conde Ansúrez al poco de su inauguración a principios del siglo XX. Foto cedida por Carlos Molero

Valladolid

Un siglo de historia de Farnesio echado a perder por veinte años de abandono

El periodista Carlos Molero repasa la historia del cuartel Conde Ansúrez, uno de los más modernos de España en su inauguración en 1902, que hoy está en ruinas a la espera de inquilinos

Diego González Redondo

Valladolid

Sábado, 3 de agosto 2024, 08:14

Poco o nada llaman hoy la atención desde el paseo del Arco de Ladrillo los edificios que un día fueron imponentes dependencias militares. La fachada en ruinas del cuartel Conde Ansúrez, tapada en su mayoría por vegetación, no da pie a pensar en que en ... su día fue uno de los edificios militares más modernos de España. El frontal lleno de grafitis, con las ventanas rotas que dejan ver estancias sin tejado y un portón soldado a la fachada pero agujereado desde el que se divisa el interior es fruto de más de veinte años de abandono tras la salida de los últimos soldados de sus habitaciones allá por el año 2000.

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«Es muy triste que las administraciones hayan dejado morir un edificio tan histórico», lamenta Carlos Molero, periodista que se ha convertido desde el cierre definitivo del cuartel Conde Ansúrez en uno de los mayores expertos de la historia militar de Valladolid y, en concreto, del regimiento de Caballería Farnesio que ocupó este 'palacio' castrense durante el siglo XX.

Recepción de los últimos soldados del regimiento de Caballería Farnesio que permanecían en el Rif tras la guerra, 1924. Fotos cedidas por Carlos Molero
Entrenamiento de esgrima en una de las estancias del cuartel Conde Ansúrez. Fotos cedidas por Carlos Molero
Un soldado practica equitación en que hoy es el parque de la Paz, con el cuartel Conde Ansúrez al fondo. Fotos cedidas por Carlos Molero
Aspecto de los edificios que componían el cuartel poco después de su inauguración en 1902. Fotos cedidas por Carlos Molero
Un grupo de soldados al pie de uno de los barracones recién estrenados. Fotos cedidas por Carlos Molero

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El cuartel Conde Ansúrez se inauguró en 1902 tras nueve años de construcción. «Fue uno de los edificios de acuartelamiento más modernos de España en su momento». El ingeniero militar Sixto Soto Alonso fue el encargado de diseñar un edificio que utilizaba una novedosa técnica popularizada por el ejército inglés durante la guerra de Crimea, lugar de donde tomó el nombre dicho sistema: «Fue de los primeros acuartelamientos en colocar los establos en la planta baja, de forma que el calor que desprendían los animales, a través de unos conductos de ventilación, ascendían a las plantas superiores donde estaban las oficinas y las dependencias» explica Carlos.

El periodista Carlos Molero posa con su nuevo libro frente a la puerta del cuartel Conde Ansúrez. Rodrigo Jiménez

Los pasillos de este imponente edificio albergaron desde su inauguración al batallón más antiguo del ejército: El regimiento Caballería de Farnesio. Para Carlos Molero, la historia de esta compañía se ha convertido en objeto de obsesión: «Comencé a indagar al realizar mi trabajo de fin de grado en 1996. Entonces se estaba desalojando este edificio y me pareció curioso investigar quiénes lo habitaron». Desde entonces, el periodista se ha convertido en un auténtico experto castrense en lo que a este edificio y su compañía respecta: «He escrito tres libros sobre el regimiento de Caballería y este último, titulado 'El regimiento de Caballería Farnesio', resume de todo lo que he ido aprendiendo en estos casi treinta años».

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Historia del regimiento

El regimiento de Caballería Farnesio se fundó en 1649 en Flandes al unificarse varias compañías de equinos en un solo batallón. Su gran historia convierte a este regimiento en el más antiguo de los que componen el ejército de España, lo que lleva a que miembros del mismo hayan estado presente en algunos de los más grandes sucesos militares de la historia de España, «desde acompañar a los tercios en Flandes hasta perecer en el desastre de Annual, pasando por su apoyo en tierra durante la batalla de Trafalgar». Aunque Carlos cuenta que este privilegio de antigüedad tiene trampa: «Desde su fundación, el Ejército se ha disuelto dos veces, una por Fernando VII y otra tras la Guerra Civil, por lo que la historia del regimiento no es continua, aunque el nombre haya vuelto a darse de forma oficial una vez repuesto el Ejército». Dicha compañía, fue dando tumbos desde su fundación hasta 1849 cuando se instalaron de forma definitiva en Valladolid, primero en cuarteles que ya existían en el centro de la ciudad hasta que en 1902 se asentaron en las instalaciones bautizadas en honor del Conde Ansúrez.

Después de la Guerra Civil, en la que el regimiento local participó del bando sublevado, el cuartel Conde Ansúrez se convirtió en residencia tanto del ejército profesional como de las tropas de reemplazo, es decir, aquellos que hacían el servicio militar obligatorio: «En la década de 1980 el cuartel alcanzó su máxima capacidad albergando a unas 800 personas tanto en las dependencias principales como en los edificios adyacentes fruto de las ampliaciones que se fueron construyendo» apunta Carlos Molero. Con la venida del nuevo siglo y el fin de la 'mili', estas instalaciones quedaron anticuadas y eran demasiado grandes, por lo que el Ejército las cedió al Ayuntamiento de Valladolid. «Fue el principio de la ruina, la cesión posterior a empresas constructoras acabó por dejar al edificio desprotegido».

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Desde el año 2000, cuando se evacuaron los últimos carros de combate, el edificio ha sido desvalijado por vendedores de chatarra y ocupado por personas sin techo y toxicómanos que utilizaban las estancias como puntos de consumo y venta. El abandonado edificio encontró la paz una vez tapiadas las ventanas inferiores en el año 2008, pero desde entonces y hasta ahora, su situación no ha cambiado. Su entorno, eso sí, está ahora urbanizado, aunque con el paso cerrado a coches y peatones a la espera de inquilinos que devuelvan la vida a este histórico enclave.

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