Nuestra Señora de la Salve ha sorprendido esta noche a muchísimos ciudadanos por el entorno de la Iglesia de Santiago. La Cofradía de las Siete Palabras estrenó la temporada procesional de la capital vallisoletana con el tradicional desfile de las Candelas en una modesta celebración ... que reunió a muchos cofrades a la vez que sorprendió a numerosos viandantes del Atrio de Santiago, Zúñiga o Santiago en una tarde de compras y tapeo al coincidir este año el 2 de febrero en viernes. Un encuentro de respeto donde se evidenció el interés de la ciudad por sus procesiones.
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Las velas volvieron a iluminar a la Virgen de la Salve, patrona de esta hermandad, en una tarde de temperaturas templadas protegida por numerosos cofrades de las Siete Palabras y de otras penitenciales.
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El ambiente 'semanasantero' se percibía en las conversaciones de las numerosas personas que se congregaron a ambos lados de las calles del recorrido para contemplar a esta imagen mariana, que precisamente es una de las más antiguas de todas cuantas procesionan por las calles de Valladolid. Y ante las proclamas de «Viva la Virgen de la Salve» del mayordomo del paso, Francisco Javier Martín, muchos fieles ya pusieron en marcha la cuenta atrás hasta el Domingo de Ramos (51 días desde hoy).
La imagen es una Virgen con el Niño en brazos y donde también destaca para el espectador que en el otro brazo sujeta una cesta de mimbre con dos tórtolas, de estilo renacentista, y que la Cofradía de las Siete Palabras recuperó para el culto hace tres lustros con especial devoción entre sus hermanos con la titularidad popular de la Virgen de las Candelas. Está fechada hacia el año 1566 y su autoría está atribuida al escultor Juan de Anchieta, «una persona muy perita, hábil y suficiente y de los más esperitos que ay en todo este reino de Castilla», según le recomendaba el afamado escultor Juan de Juni en el siglo XVI.
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La procesión originó mucha expectación desde el comienzo, en el que en el interior del templo parroquial se dieron cita muchísimas personas a recoger su tradicional vela para participar en un desfile con el que la Iglesia Católica da por concluido el tiempo religioso de Navidad. Es más, a su conclusión, se apagaron las luces de los belenes de las iglesias de Santiago o del Salvador, simbolizando así la conclusión de este tiempo litúrgico que en poco más de una semana dará paso al Miércoles de Ceniza y, por tanto, al comienzo de la Cuaresma y los numerosos actos programados por las cofradías vallisoletanas. El momento de quitar hoy los nacimientos ha sido una sugerencia del propio Vaticano y que, en el caso de la capital vallisoletana, por ejemplo, se habían mantenido expuestos en la propia Catedral o en el Santuario Nacional de la Gran Promesa.
Y tras la calurosa acogida de la procesión, la iglesia acogió el último día del triduo a Nuestra Señora de la Salve, que este año ha estado dirigido por el sacerdote Jesús Hernando, colaborador de la unidad pastoral Santiago Apóstol y El Salvador, que además estuvo acompañado por el presbítero castrense Plácido Gutiérrez y el párroco José Heras.
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