Juicio por el doble crimen de Santovenia

«Siento la muerte de estas dos personas, me arrepiento»

Inició su nueva declaración para reconocerse «culpable de haber matado a esas personas» y concluir la misma con un mensaje similar, pero con el matiz del arrepentimiento: «Siento la muerte de esas personas». Durante el resto de su testimonio, el acusado, que se enfrenta a penas de cárcel desde los 58 años (Fiscalía) hasta los 84 (acusaciones particulares), recalcó que no existió ningún secuestro al colaborar su yerno en la defensa de la vivienda y que durante esa noche consumió cocaína, heroína, pastillas y cervezas.

Su declaración fue la continuación de las explicaciones de su letrado, el mediático Agustín Martínez (defensa en el juicio contra 'La Manada'), al jurado popular. Fue el preámbulo a lo que dio continuidad el acusado para desmontar que el doble asesinato, tal vez sea un homicidio y un homicidio imprudente, que no intentó matar al hijo de la primera víctima, que no existe secuestro y que solo es culpable del delito de tenencia ilícita de armas.

Las palabras de 'El Chiqui' a las preguntas de la fiscal trasladó al acusado a las 18:00 horas de ese 30 de junio de 2022 en la calle Alfredo Martín de Santovenia. Allí se originó una pelea, principalmente entre la mujer del acusado y la de la primera víctima de esa jornada (Dionisio Alonso). «Me llevaba bien con Dionisio, aunque la amistad se había deteriorado tras estar enfrentadas las mujeres. Ellas, ese día, se querían tirar de los pelos. No me di cuenta que viniera la Guardia Civil», relató el acusado.

Tras ese tumultuoso enfrentamiento, Dionisio y su mujer fueron derivados al Clínico, mientras 'El Chiqui', su mujer y sus hijas entraban en su vivienda de la planta baja. «Acordé con mi mujer que se fueran unos días. Yo me quedé en casa para guardarla. Nos acababan de amenazar de muerte, además de decirnos que iban a quemar la casa. Así que nos quedamos Iván Valbuena (el que era novio de su hijastra) y yo para defenderla. Teníamos miedo y tenía que conservar lo poco que teníamos», manifestó antes de describir los hechos que desembocaron en la muerte de Dionisio.

«Llegó del hospital (se fue antes de que le atendieran) y empezó a pegar patadas a la puerta. Yo estaba confuso ante tanto golpe. No creía que fuera capaz de dar esas patadas. Nos intimidaba y amenazaba desde el pasillo», continuó el acusado.

Y tras esos momentos, 'El Chiqui' abrió la puerta y le disparó. «Estaba voceando como un loco y no sabía si llevaba algo. Sabía de otras conversaciones pasadas que tenía armas», declaró antes de abordar otro posible delito, el de intento de asesinato al hijo de Dionisio (Aitor).

Porque junto a él estaba el hijo mayor de la primera víctima. Según el escrito provisional de la Fiscalía, 'El Chiqui' también intentó disparar al joven, pero se encasquilló el fusil (presente durante la sesión) y este pudo escapar. «Creo que no cargo el arma después de disparar a Dionisio», relata mientras la fiscal rememora que en la fase de instrucción dijo lo contrario. «No apunté a Aitor y no le quería matar. Ese fusil es de solo una bala, no recargué el fusil», agregó.

Un relato de los hechos que prosiguió con el atrincheramiento y el presunto secuestro/retención ilegal de su yerno Iván al que presuntamente utilizó como rehén. Asegura, ahora, que no impidió salir a Iván de la vivienda, si bien «hablamos de simular un secuestro para ganar tiempo». A pesar de todo, en una llamada al 112 durante la mañana del 1 de julio, aseguró que tenía un rehén y que «iban a salir todos por el aire» si se acercaban.

Mientras tanto se esperará a la declaración del que era su yerno, parte en el procedimiento como acusación particular, y que ya afirmó que fue maniatado con bridas, que le amenazó con cortarle los dedos y que le obligó a tragarse la tarjeta SIM de su móvil. «No tengo bridas en casa, no le amenacé con cortarle los dejos y la tarjeta SIM me la tragué yo porque lo iba a hacer él. Había llamado a alguien durante la noche y en un principio siempre quise que no le perjudicara este proceso», detalló 'El Chiqui'.

Mientras el acusado y el novio de su hijastra estaban encerrados en su casa, la Guardia Civil pidió apoyó a la Unidad Especial de Intervención del instituto armado. Al frente del operativo de élite llegaba el teniente coronel Pedro Alfonso Casado. Era el encargado de liderar la negociación para que 'El Chiqui' se entregara. Se colocaron al otro lado de la puerta de acceso a la vivienda. «Estaba nervioso, querían que se marcharan», alega el acusado, quien pegó un primer disparo en el interior de su vivienda. «No sé por qué lo hice, sinceramente».

Asimismo, efectuó un segundo disparo, cuyo proyectil atravesó el casco del teniente coronel para causarle la muerte días después en el hospital. «Disparo a esa altura (90 centímetros) para asustarles. Me enteré de la muerte del guardia civil en la comisaría. Me dolió», incide mientras añade que el arma y la munición se la encontró hace unos 15 años en un descampado. «La tenía como una antigüedad».

Durante su testimonio, 'El Chiqui', que se entregó tras serle proporcionado metadona, afirmó que esos días era consumidor de alcohol y varias sustancias.