Juicio por el crimen de Paloma e India
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Juicio por el crimen de Paloma e India
Los sanitarios que atendieron a Maroto reiteran que no estaba bajo los efectos de alcohol y drogasHan sido tajantes. Tanto la médica como la enfermera que atendieron a David Maroto después de que este supuestamente acabara con la vida de Paloma Pinedo y su hija India en la madrugada del 23 de enero de 2023 han resaltado en la segunda ... sesión del juicio que el acusado estaba consciente y que no presentaba un cuadro clínico de estar bajo los efectos del alcohol y las drogas.
De hecho, el acusado mantuvo esa noche, unas cinco horas después del crimen, una conversación con las dos sanitarias en la que únicamente dejó sin respuesta la pregunta de '¿cómo se había hecho esas heridas?' (heridas autoinfligidas y superficiales). «La enfermera tuvo que apretar una herida punzante que estaba sangrando. Podría haberse causado un neumotórax, pero no era un sangrado abundante ni preocupante», ha continuado.
En cambio, sí que contestó a lo que había consumido esa noche. «Una cerveza, cuatro copas y dos rayas de cocaína», confirmó a los facultativos, si bien estos han precisado este jueves que no estaba bajo ningún efecto. «La exploración neurológica era normal. Las pupilas estaban bien», han reflejado médica y enfermera, quienes han destacado que en este tipo de situaciones pueden precisar si una persona ha consumido drogas. «Sabemos también si pueden estar simulando unos efectos concretos. No estaba borracho», han añadido.
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En ese traslado, además, David Maroto, que con anterioridad ya había confesado a su cuñado las muertes de Paloma e India, volvió a autoinculparse ante la enfermera. Fue en una breve conversación que empezó con un 'la que se ha liado' por parte de Maroto. A esa afirmación siguió la puntualización de la enfermera que dijo 'la que has liado' para concluir el acusado con un 'sí, la que he liado'. «Estuve a punto de apuntar esa conversación en un papel por si me tocaba declarar, pero aún retengo lo que dijo», ha testificado la enfermera que, al igual que la médica, han ratificado el informe efectuado esa noche.
Asimismo, en ese traslado al complejo hospitalario preguntó por sus hermanas, a las que había telefoneado con anterioridad, y si estaban la madre y hermana de Paloma en la escena del crimen.
Y sí estaban. De hecho, según han declarado, tuvieron que permanecer en una ambulancia para evitar cruzarse en el número 66 del Paseo de Zorrilla con el acusado, quien salía en sillas de ruedas. Precisamente, esta segunda sesión ha contado también con la declaración de los familiares de Paloma e India, quienes han tenido a Maroto a escasos centímetros, si bien sin contacto visual al testificar tras un biombo.
Intervenciones que han servido para fortalecer ese perfil de mentiroso, celoso y controlador que las acusaciones, en la primera sesión del juicio, ya esgrimieron. Cada familiar que ha pasado por el estrado ha apuntado diferentes episodios de una relación sentimental que no llegó al año. La madre de Paloma, Carmen, ha insistido en que no lo vio venir, que David se portaba bien con ella. «Teníamos buena relación, pero mis hijas no podían verle. Una vez pregunté a Paloma si le había hecho algo y me dijo que era incapaz de que David le hiciera algo. Era controlador y posesivo. Hasta el punto de que decidió sobre sus vidas».
El testimonio de las dos hermanas de Paloma fue distinto. Fueron ellas las que se percataron de esa relación «tóxica» y las que advirtieron a la víctima. «Estaba enamorada y le defendía», han agregado, mientras han aportado detalles del que era novio de su hermana. «Siempre tenía que compartir la ubicación para que supiera dónde estaba. Se pasaba por el trabajo constantemente para ver que estaba allí. Si no la veía o no la cogía el teléfono, me llamaba a mí. No la dejaba que hablara con otros hombres y no podía conducir un coche de gran cilindrada», ha recalcado la hermana pequeña de Paloma.
Esos continuos avisos de Patricia y María a Paloma debilitó a la unidad familiar. Sus hermanas no querían coincidir con Maroto en encuentros familiares y se fueron alejando. Así lo escenificaron en un viaje a Cuba o en una comida que tuvo lugar un día antes del doble crimen.
Elocuente también ha sido un amigo de toda la vida de Paloma y con quien mantuvo una conversación por una aplicación de mensajería esa misma noche y cuando David Maroto aún no había vuelto a la casa del Paseo de Zorrilla. Se sorprendió que le escribiera al ser Maroto «posesivo y celoso». «Era raro que me escribiera a esas horas. No estaba David presente porque sino no hubiera escrito. Sabía que tenían problemas porque en seis meses lo habían dejado seis meses», ha recalcado el amigo.
La jornada de este jueves ha contado también con la presencia de agentes de la Policía Nacional (Seguridad Ciudadana, Homicidios y Científica), si bien estas declaraciones se han celebrado a puerta cerrada por la brutalidad de las imágenes que se iban a plasmar sobre una escena del crimen con los dos cadáveres.
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