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«A mi tío, sin duda, lo que más le gustaba era estar con su mujer y tener detalles con ella. Siempre que salía a ... pasear llegaba a casa con una flor para regalársela; daba igual el color o la especie, pero no fallaba ningún día». Quien habla es José Luis López, uno de los sobrinos de Alberto Marroquín López, un hombre de 68 años vecino de Castronuño que el sábado falleció en el Hospital Clínico de Valladolid víctima del coronavirus. Su sobrino siente «muchísima pena» por no haberse podido despedirse de él, a quien define como una persona «muy tranquila, risueña y gastando siempre bromas para sacar una sonrisa a todo el mundo». Pero reconoce que «lo más fastidiado», lo que le quita el sueño, es no haber podido acompañar a su tía, Isabel López, hermana de su padre, en estos momentos «tan sumamente duros».
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«Ella está ahí, un poquito más animada. El lunes tuvo un poco de fiebre y, aunque a ella no le han hecho las pruebas, le han dicho que tiene que guardar la cuarentena y si empeora, que llame», afirma López.
Alberto Marroquín era un carretillero jubilado desde hace «varios años» y «muy querido» en su Castronuño natal, donde se le conocía, como al resto de su familia, como 'El Mimoso'. No tenía patologías previas –«sí que es verdad que muchísimo tiempo de la vida tuvo cólicos de riñón e ingresado por piedras», dice–, pero el jueves por la mañana, «de un momento para otro», relata su sobrino, comenzó a sentirse indispuesto. «No se tenía en pie». Era incapaz de recorrer los «veinte pasos» que separaban el baño del sofá. Fue entonces cuando su esposa llamó al médico de cabecera para que «le mirara». «Le dijo que podía ser un ataque fuerte de reuma, que lo vigilara, pero por la tarde siguió sintiéndose mal y le mandaron al Hospital Comarcal de Medina del Campo», señala.
En el citado centro hospitalario, tal y como sostiene este familiar, le diagnosticaron una «fuerte infección renal». Ni rastro de Covid-19. La primera analítica dio negativo. No tenía síntomas propiamente dichos del virus, pero la segunda y tercera prueba dieron ya dieron positivo. Al día siguiente, el viernes por la mañana, los médicos decidieron desplazarle a una zona de «cuidados más intensivos» . Fue en ese momento, al filo del mediodía, cuando se despidió de su mujer. «Mientras se le llevaban le dijo: 'Isa, te quiero mucho, cuídate, pero estoy muy mal', como que él era consciente de la gravedad que tenía y de que se iba».
Esas fueron las últimas palabras que 'El Mimoso' tuvo hacia un familiar. Tan solo un par de horas después le trasladaron al Clínico de la capital vallisoletana, donde finalmente, el sábado, falleció. «Tenía una infección muy grande, y si a eso le añades que se le manifestó el coronavirus, pues el desenlace fue horrible», añade. Marroquín era fiel seguidor del motociclismo y amante del cine –«no sé cuántas películas podrá tener en casa, le encantaban de cualquier género», cuenta su sobrino–. Desde que alcanzó la jubilación, le gustaba «improvisar» su rutina, pero nunca faltaba el paseo. Todo, para demostrar a su esposa «el gran amor que sentía por ella».
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