El doctor Manuel Pérez Miranda conversa con Hirotoshi Ishiwatari, ahora en Hong Kong por videoconferencia. Alberto Mingueza
Valladolid

El Río Hortega forma a médicos de Japón en endoscopias sobre páncreas y vesícula

Los especialistas del Servicio de Aparato Digestivo del hospital vallisoletano son referencia en la utilización de esta tecnología

Susana Escribano

Valladolid

Lunes, 28 de octubre 2024, 06:46

De Japón a Valladolid para aprender técnicas de endoscopia con las que tratar obstrucciones provocadas por tumores de páncreas y cálculos en la vesícula. Ese es el viaje, con meta volante en el Servicio de Aparato Digestivo del Río Hortega, que han realizado este año ... dos doctores japoneses, última nacionalidad que se ha incorporado a un largo listado de especialistas de otros países que eligen este área del hospital vallisoletano para actualizar conocimientos en el manejo del endoscopio.

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Uno de esos médicos es Hirotoshi Ishiwatari, que ha acabado recientemente la estancia de tres meses en Valladolid. Doctor en el Hospital Shizuoka, centro oncológico próximo a Tokio, ha accedido a un programa anual de formación fuera de su país repartido en cuatro periodos de tres meses, para los que ha elegido un centro de San Francisco, el famoso MD Anderson de Houston, el Hospital de la Universidad China de Hong Kong y el Río Hortega de Valladolid.

Los doctores Marius Zimmerli (Suiza), Hirotoshi Ishiwatari, y Saburo Matsubara, ambos de Japón, con personal de enfermería de endoscopias.

«Japón es el país donde la endoscopia es la más avanzada en todo el mundo. Las principales marcas de endoscopios son compañías japonesas. Muchos médicos españoles, de Europa, de EE UU se forman allí, así que para nosotros, que tuviéramos solicitudes además de centros muy prestigiosos japoneses que quieran aprender con nosotros, ha sido un motivo de satisfacción», explica Manuel Pérez Miranda, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Río Hortega.

El doctor Hirotoshi relata por videoconferencia que eligió el hospital vallisoletano tras asistir a un congreso en su país en el que Pérez Miranda exponía la experiencia cotidiana en solucionar problemas complejos de la vesícula y el páncreas con endoscopia. Concretamente, el especialista japonés tenía un interés especial en aprender a colocar una prótesis todavía no aprobada en su país, que asiduamente utilizan en el Río Hortega para solucionar obstrucciones que el cáncer de páncreas provoca en la salida del estómago, algo que impide al paciente alimentarse con normalidad. La colocación de ese dispositivo (prótesis de aposición luminal) es una alternativa menos invasiva y de menor riesgo que la cirugía y permite que el enfermo pueda volver a sentarse a la mesa, dejando atrás la alimentación por sonda o parenteral.

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«Como se va a aprobar próximamente su uso en Japón, pensé que debía formarme para aprender a utilizar esa prótesis para tratar a mis pacientes y también en técnicas de drenaje de la vesícula biliar», asegura Hirotoshi. Con ese dispositivo, que se aprobó oficialmente en España en 2016, trabajan en el Río Hortega desde 2011 con protocolos experimentales.

Al especialista nipón le ha llamado la atención, tras su estancia en Valladolid, la fluidez que hay en la asistencia a los enfermos entre los distintos hospitales que tienen al Río Hortega como centro de referencia, caso de los centros de Ponferrada, Miranda de Ebro, Aranda de Duero, Ávila, Segovia... Un alto nivel de colaboración que hace posible el acceso inmediato compartido a la historia clínica. «Eso es una gran ventaja, poder ver un escáner o una resonancia que se ha hecho en otro hospital y tener toda la información de manera inmediata. Así el paciente no necesita ingresar aquí, en el Río Hortega», precisa Manuel Pérez Miranda. El doctor japonés señala que en su país, los procesos tratados con endoscopia en su hospital suponen un ingreso mínimo de dos o tres días para extraer un cálculo o de cinco o seis para el drenaje por un tumor.

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Una trayectoria con historia

El oficio de los profesionales del Río Hortega con los endoscopios se asienta sobre una trayectoria que suma décadas. La endoscopia es una técnica sanitaria que se divide en dos grandes grupos, según el área de actuación: las colonoscopias que se centran en el tubo digestivo bajo y las gastroscopias que abordan el tubo digestivo alto, junto con las endoscopias biliopancreáticas. Hasta la década de los años ochenta del siglo pasado, los pacientes con enfermedades de vesícula y páncreas que ahora son tratados mediante un endoscopio que accede a esa zona desde la boca tenían como única alternativa la cirugía convencional. Había que abrir en quirófano, con lo que suponía de días de ingreso, riesgo y molestias de postoperatorio. El Río Hortega incorporó la endoscopia biliopancreática en 1981, de la mano del doctor Manuel Mañueco y con la sanidad pública aún de gestión estatal, con el antiguo Insalud al frente.

Son 43 años de experiencia sobre los que los profesionales del Río Hortega han asentado una pericia práctica que ha acercado a Valladolid, para formarse, a médicos de otras comunidades y del exterior. De todo el cono sur americano, salvo Uruguay y Chile, de México, de Suiza, Italia, Portugal, India, China o de Honduras, país del que se esperan 'alumnado' para el próximo año.

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Dos doctoras del Servicio de Aparato Digestivo, Marina Cobreros y Victoria Marquina, con los doctores Marius Zimmerli , de Suiza, Hirotoshi Ishiwatari y Saburo Matsubara, ambos de Japón, en la Plaza Mayor.

La barrera del idioma, la App de Auvasa sin traducción al inglés y el «delicioso» lechazo

¿Cómo es para un médico japonés que viene a formarse al Río Hortega aterrizar en Valladolid? Complicado, a terno de lo que relata Hirotoshi Ishiwatari, 'Toshi' para sus compañeros del hospital vallisoletano. La primera barrera a sortear fue la de la comunicación. El doctor japonés explica que encontró poca gente en la calle que hablara inglés. Comenta las dificultades que tuvo con los autobuses urbanos. Recurrió a la web de Auvasa, pero no ofrece traducción al inglés. La App de los buses no era compatible con su teléfono inteligente nipón, la alternativa del manejo de monedas le resultaba incómoda y lograr una tarjeta le costó una ronda por varios quioscos y la intercesión final de una doctora española para adquirirla.

Después de ese estreno, las cosas fueron mejorando. El doctor Hirotoshi solventó la barrera idiomática para manejarse en las gestiones diarias con una aplicación de traducción del español al japonés durante una estancia en Valladolid de tres meses de la que destaca que pudo conocer el verano en la meseta y también la variación de colores que llega con el otoño. El médico japonés alaba la gastronomía local. «El lechazo es delicioso», remarca. En su país hay cordero, pero con preparaciones muy diferentes. Suma al asado, la croquetas y la morcilla, viandas que pudo probar en el tiempo de ocio que dejaba la formación sanitaria. Sobre los vallisoletanos entiende que son amigables, una vez que se supera el escollo comunicativo, al tiempo que destaca la excelente convivencia con los compañeros del Río Hortega.

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