Juicio por el doble crimen de Santovenia

El rehén de 'El Chiqui' temió por su vida: «Pensaba que era el siguiente»

Tras matar a Dionisio, 'El Chiqui' se resguardó en su vivienda y lo hizo, según el relato del fiscal y del propio implicado, con Iván V. como rehén. Entró en escena en esos fatídicos días tras celebrar su cumpleaños e ir a la casa de sus suegros. «Me encontré la pelea e intenté separar a los implicados. Después fuimos todos para la casa de 'El Chiqui'», ha relatado a la par que insistía en, «sin que le avisaran», se quedó solo con su suegro (era el novio de su hijastra). «Me fui al baño unos diez minutos y cuando salí, estaba solo. Se fueron todos de golpe porque después de la pelea inicial estábamos todos en shock», ha añadido.

A partir de ahí, comenzaron las interminables doce horas en las que Iván permaneció como rehén. «Tuve lloros, pánico y ataques de ansiedad», ha resumido el testigo, que se ha personado en la causa como víctima. En este tiempo, según en sus términos, temió por su vida. «Pensaba que era el siguiente», ha proseguido tras presenciar los hechos.

Porque según ha relatado el rehén, tras salir del baño, 'El Chiqui' le maniató con unas «bridas o cuerdas». «Y me metió en la bañera». Desde allí oyó los supuestos golpes de Dionisio a la puerta de 'El Chiqui' y, justo después, un disparo. «Me quedé en shock», ha confesado.

Ese relato de puro «miedo» lo continúa Iván con la voz entrecortada y por momentos con lloros. «Tenía el móvil, no me lo quitó porque no se dio cuenta. Intenté avisar a mi madre y mandé algún mensaje (no están acreditados en el procedimiento), pero no podía escapar», ha añadido Iván, a quien según él, su suegro le obligó a tragarse la tarjeta SIM (el acusado aseguró el viernes que se la comió él para ayudar a su yerno y no implicarle).

Con las manos atadas, solo liberadas para coger la metadona una hora antes de que se entregara y para «escribir notas a la Policía», Iván también ha confirmado que 'El Chiqui' le utilizó como escudo. «Me obligaba a ponerme en la puerta para ser el escudo. Esto pasó dos veces. Era su baza para que no entrara la Guardia Civil», ha continuado en un testimonio, en sus palabras, de terror.

Amenazas continuadas a las que se añadió un momento de tensión, cuando «me intentó cortar los dedos de la mano». «No lo consiguió», ha apuntado para seguir su relato con los disparos que oyó. Uno contra el techo, el otro, a través de la puerta, y que fue directo al casco del teniente coronel. «Además, le escuchaba decir que tenía también a una mujer como rehén», ha agregado la única persona que se encontraba en el interior de la vivienda con 'El Chiqui'.

Tras recoger la metadona y entregar a Iván (afirmó que se desmayó tras acabar en manos de los servicios médicos), el acusado se entregó. Se ponían fin a las más de doce horas de terror en la calle Alfredo Martín.

Después de los hechos, Iván se citó con su novia e hijastra del acusado en Santander. Iba con la intención de romper una relación de unos cuatro meses de historia. «Me quedé a dormir en la vivienda familiar», ha apuntado. Días después se mudó a Huelva y la que era su pareja pasó unos días con él. Hoy, casi dos años después, ha declarado como testigo protegido.

Durante la sesión de este lunes, jornada prácticamente destinada a los familiares de 'El Chiqui' y Dionisio, también ha comparecido una vecina de la zona. Fue ella la que vio esa noche al acusado entrar por una de las ventanas del bajo. «Llevaba como un palo envuelto (presuntamente el rifle). Se lo entregó a dos mujeres y saltó al interior», ha afirmado tajantemente esta testigo. Una de las hipótesis que se maneja es que tras la trifulca, 'El Chiqui' se fue hasta Geria a por el arma del crimen. Él lo negó y aseguró el viernes que no se movió del domicilio. «Me sorprendió verle porque llevaba un año sin verle por la zona», ha rematado