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La rehabilitación de Goya, 32 encara la recta final tras retirar 11.000 kilos de bienes inserviblesLento, pero avanza. La falta de profesionales, apunta el administrador de fincas de la comunidad, ha hecho mella en la reconstrucción. La ha ralentizado. La ... rehabilitación del edificio explosionado el 1 de agosto de 2023 de la calle Goya encara ya la recta final de sus obras. Por lo menos en la parte de las zonas comunes, antes de que cada particular, entre sus nuevas paredes levantadas, inicie la rehabilitación de sus viviendas. Un año y medio después de la fatídica noche de verano, en la que falleció la vecina del 1º C (epicentro de la explosión) del número 32 tras una fuga de gas, la imagen del inmueble es otra. La fachada ya está finiquitada, mientras que las zonas comunes, apunta el administrador, ya están concluidas. «Tan solo falta alguna cosa como la pintura, que la llevaremos a cabo una vez se avance en las obras de los particulares. Pequeños remates», prosigue.
Una pesadilla que parece que llega a su fin después de que el Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Valladolid haya colaborado en la retirada de enseres voluminosos del interior de las casas durante tres días alternos del mes de febrero. «Aunque haya pasado tiempo desde la desgracia, nosotros nos seguimos acordando de ellos», subraya el concejal de Limpieza, Alberto Cuadrado.
La afirmación la pronuncia días después de que los operarios retiraran de la vía pública 11.380 kilos de muebles, colchones y demás objetos en una ardua labor encuadrada dentro de los trabajos de recogida de enseres del servicio municipal para despejar la vía pública mientras las obras se centran en la planta baja del edificio.
Administrador del inmueble
Mientras tanto, los vecinos siguen alejados de lo que un día fue su casa y a la espera de que les den una fecha definitiva para entrar a vivir de nuevo. «No me atrevo a dar plazos, esperemos que sea antes de llegar a los dos años desde los hechos», adelanta el administrador. De momento, siguen en alquileres, sufragados desde hace medio año por el seguro de la comunidad.
Hasta la fecha, dentro del dolor al rememorar la noche del 1 de agosto de 2023, les ha tocado pasar dos navidades lejos de su casa en una rehabilitación que se ha demorado en el tiempo. Dividida en tres fases, la reconstrucción del inmueble arrancó hace casi un año con las labores de desescombro. En este tiempo se ha completado el cerramiento de la fachada, además de restablecer servicios esenciales como el agua, la luz y el gas, cuyas instalaciones quedaron aniquiladas en la deflagración.
La historia de Goya, 32 ha estado marcada también por los continuos robos. Asaltos, sin pudor, a los que habían perdido todo de forma trágica. El enésimo robo se registró en plenas obras de rehabilitación con la empresa constructora Ezgonsa como la principal damnificada. Al menos tres focos de obra, con sus correspondientes trípodes para sujetarse, fueron sustraídos. El primero que se registró, aún sin resolver, data de noviembre del año pasado, cuando los familiares de una mujer de avanzada edad echaron de menos joyas, dinero y objetos de valor sentimental. En ese momento, con el trabajo de la Policía Científica ya concluido, se estaban completando labores de desescombro y los accesos al nivel de la calle estaban blindados.
El siguiente robo llegó a finales de febrero del año pasado, cuando la Policía sorprendió a un joven con relojes, joyas y móviles mientras abandonaba el edificio. La historia de saqueos se amplió el pasado mayo, cuando fue totalmente desvalijado. Tanto las viviendas con puerta principal, de las que se llevaron hasta las mirillas, como aquellas que fueron arrancadas por la onda expansiva fueron allanadas para llevarse todo y hacer más grande la desgracia de los vecinos.
Pero además de desvalijar las viviendas, los sospechosos durmieron en los colchones de determinadas viviendas, incluso comieron allí dentro –se comprobó que habían abierto y bebido botellas de vino–. Asimismo, se encontraron restos de comida, incluso de alimentos no perecederos que se hallaban en el interior, según detallaron a la Policía los vecinos, todos ellos contrariados ante la falta de seguridad que sufría y sufre su dañada propiedad.
Semanas después, la Policía consiguió detener a un hombre, asiduo del barrio y conocido por los agentes por sus antecedentes, al que se le atribuyeron seis asaltos.
Asimismo, la Concejalía de Servicios Sociales, pendiente de los afectados desde el primer día, se comprometió a compensar los recibos del IBI hasta el momento en el que les entreguen las llaves. Eso irá acompañado de los recibos del agua. Esa cuantía sigue en aumento.
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