Valladolid

Refuerzan la seguridad antiokupa de un bloque tras un intento de asalto

Ante el presunto asalto al que se iba a enfrentar, la moradora, de unos 60 años, se apresuró a dar todas las luces y abrió alguna de las ventanas del bloque para dar la sensación, como así era, de que el inmueble se encontraba habitado, a pesar del gran cartelón que cuelga de la fachada ante una inminente construcción de 27 viviendas en ese mismo emplazamiento.

Pero no era un asalto a lo que se iba a enfrentar esa mujer, más bien a un intento de okupación, según han confirmado fuentes policiales sobre una hipótesis que apunta a que esas tres personas, con vestimenta oscura, buscaban asentarse de forma ilegal.

De hecho, esas luces encendidas y ese ruido al abrir las ventanas de unas de las habitaciones disuadió a los presuntos okupas, según ha podido saber este periódico. Inmediatamente, la afectada telefoneó a la Policía para relatar lo sucedido, si bien tres semanas después del intento de okupación aún no se ha presentado la denuncia ante la Policía Nacional. A pesar de todo, las medidas antiokupas, como cambios de cerraduras y alarmas, han sido renovadas tras el incidente.

Esa okupación podría haber entorpecido una gran operación inmobiliaria que afecta a ese mismo edificio, pues en los próximos meses será demolido para levantar un nuevo bloque con 27 viviendas.

De hecho, la empresa constructora Zarzuela ya anuncia las futuras obras, que incluirán también 34 plazas de aparcamiento en el solar que ahora ocupan los números 23 y 25 de paseo de Farnesio, con vuelta incluida al 1 de la calle Coloquio.

Precisamente este edificio, reconocido ampliamente por los vecinos de Delicias, fue sede de Zarzuela en su día. En las próximas semanas ese edificio desaparecerá para convertirse en un conglomerado de grúas para derribarlo y dar forma a un nuevo bloque de baja más cuatro alturas y con áticos. Con pisos de entre los 160.000 y 300.000 euros sin IVA dependiendo de superficies, altura y orientaciones. Las viviendas tendrán de dos a cuatro habitaciones, cocina amueblada, terraza cubierta hasta la cuarta altura y abierta en el caso de los áticos.

Esta promoción será una especie de antesala de lo previsto justo enfrente: el plan asociado a la operación ferroviaria, que transformará las naves donde de arreglaban los trenes en un desarrollo residencial con capacidad para 2.460 viviendas y en el que se levantará, además, la nueva estación de autobuses, con la afluencia de viajeros que traerá al entorno.

Así, la franja del paseo de Farnesio tiene todas las papeletas para convertirse en un espacio de referencia para los que busquen vivienda en los próximos años.

Ese intento de okupación en el paseo de Farnesio, 25, que incrementa la preocupación de los vecinos, se suma a otros pasados. Como sucedió el pasado mes de mayo en el número 4 de la calle Olmedo, también en Delicias. Allí, cinco jóvenes, después de numerosos intentos (algunos contabilizados en torno a la veintena de personas), se asentaron de manera ilegal en una situación que derivó en una intervención policial y de hasta los Servicios Sociales del Ayuntamiento para negociar un desalojo ante un posible riesgo de derrumbe.

La reacción municipal, en esta ocasión, fue rápida. Primero, con la vigilancia de la finca por parte de agentes de la Policía Local para evitar que creciera el número de inquilinos ilegales con nuevos accesos, así como para garantizar la seguridad de los vecinos del entorno, y más tarde con la gestión de la Concejalía de Servicios Sociales para darles una solución provisional en el albergue.

Y así fue. Los últimos inquilinos, que ya habían protagonizado episodios similares en otros puntos de la ciudad, abandonaron el ruinoso inmueble para que acto seguido la puerta principal y las ventanas fueran tapiadas con grandes chapas metálicas.

Desde entonces se ha trabajado en un derrumbe que ya ha sido anunciado. La Administración Local abordará esta intervención por ejecución subsidiaria, es decir asume el pago de la obra y luego pasa la factura a los propietarios. En este caso, sin embargo, cobrar va a ser difícil. Tan solo tienen localizada a la dueña de uno de los pisos, mientras que el resto son herederos que o no contestan a los requerimientos municipales o que directamente han renunciado al legado al saber que se trataba de una ruina. Así, el edil, Ignacio Zarandona, consideraba que habrá que iniciar un expediente expropiatorio que dejaría el suelo en manos municipales hasta que se determine su futuro.

El coste de la demolición, con los trabajos previos de seguridad y la posterior adecuación del solar, asciende a 133.310 euros.

Ese anuncio de derrumbe fue bien recibido en la calle Olmedo, aunque esperan que en esta ocasión se haga realidad. «Esa orden de derribo se aprobó hace más de un año y hasta que no entró esta gente al edificio por las bravas nadie movió un dedo y eso que había denuncias nuestras en el Ayuntamiento y en la Policía», señalan.

Los residentes en esta vía consideran que el «deplorable» estado de la construcción en una calle que es, además, estrecha hace urgente esta solución ante el posible riesgo de que «un día se venga abajo» o se sigan produciendo desprendimientos desde la fachada. Por eso insisten: «A ver si esta vez es la definitiva».