Una enorme torre se alza en el horizonte por encima del punto limpio de la avenida del Mundial 82. Es la infraestructura más visible de la red de calor de biomasa 'Valladolid Oeste', un acumulador inteligente de energía térmica de 6.000 metros cúbicos que ... permitirá «acumular energía térmica renovable en horario nocturno para aportarla cuando se producen los picos de demanda de los edificios», principalmente por el día, según señala un informe de Somacyl (Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León). El resto de esta ingente obra de ingeniería es invisible una vez realizada, pero la tienen muy presente todos los que se desplazan por las avenidas Padre José Acosta, Mundial 82 o las calles de Villa de Prado y Huerta del Rey: 25 kilómetros de zanjas durante la ejecución del proyecto y un sinfín de cambios provisionales en los trayectos para permitir la circulación mientras se acometen las obras.
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El tajo comenzó en enero del año pasado, 2023, pero el primer tubo de la red se instaló el 3 de febrero, en uno de esos actos protocolarios con nutrida presencia política, desde el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones hasta el entonces alcalde de Valladolid, Óscar Puente. A fecha de hoy se han colocado ya tuberías a lo largo de toda la avenida Padre José Acosta, en Villa de Prado y en la parte correspondiente de Huerta del Rey. «Quedan las últimas calles de Villa de Prado y la conexión de Mieses con Padre José Acosta», explica Sergio Lara, director de Energías Renovables y Eficiencia Energética de Somacyl. Y esos remates deberían estar listos en febrero si nada se tuerce. Casi simultáneamente han comenzado los trabajos en Parquesol, en lo que es la fase 2 de este plan conocido como Valladolid Oeste y que supone un cambio de método. Si la central de Huerta del Rey, ubicada en la Feria de Valladolid, conectaba un trazado que se ha dividido en ocho fases para poder trabajar con 'trozos' más pequeños, la apuesta ha subido. Un barrio completo, Parquesol, en 16 meses de tajo para completar más de ocho kilómetros de canalizaciones.
Las primeras zanjas dentro de esa fase-Parquesol se han iniciado en la calle Eusebio González Suárez, en la calle Orión, junto al Archivo de la Diputación Provincial, y en la avenida Mundial 82. Y próximamente comenzarán a excavar en la calle Padre Llanos. Habrá cuatro equipos trabajando simultáneamente y coordinándose con el Ayuntamiento para que la afección al tráfico sea la menor posible dentro de lo que cabe. Lo han experimentado bien quienes han subido al estadio José Zorrilla en los últimos meses o los vecinos de Zaratán: reducciones a un carril, trasvases de un sentido a otro cruzando la mediana por accesos provisionales, desvíos… Cuando un proyecto contempla 25 kilómetros de zanjas, las molestias son inevitables.
Es así porque Parquesol debería estar operativo en el primer trimestre de 2025. Y listo, por tanto, para que muchas comunidades empiecen a utilizar este modo de calentar las viviendas en el invierno de ese año.
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Pero es que Valladolid aspira a mucho más. Concretamente, a 200 kilómetros de canalizaciones para estaciones de calor de biomasa. En una actuación que costará, hasta su finalización, en torno a 200 millones de euros y que permitirá conectar 60.000 viviendas y 250 edificios. Por edificios se entiende, por ejemplo, el Centro Cultural Miguel Delibes, que es uno de los que se enchufará a la red de calor Valladolid Oeste. Es un buen ejemplo del objetivo y del modo en que se va a funcionar.
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Jesús Domínguez
El objetivo es calefactar los 41.583 metros cuadrados que se climatizan actualmente, sin tocar un solo radiador ni cambiar más elementos que la conexión a la red. Y contar con agua caliente. El Miguel Delibes cuenta con calderas de gas que se mantendrán como sistema de reserva en caso de fallo, algo que también hicieron los edificios conectados a la caldera de la Universidad de Valladolid. Necesita 2.450 KW y el presupuesto para engancharse es de 96.000 euros.
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La red completa de este proyecto Valladolid Oeste tiene además un objetivo añadido. No solo permitirá que se conecten las comunidades y edificios de Villa de Prado o Parquesol, o los que reciban las nuevas canalizaciones. Un sistema hidráulico le permitirá ensamblarse con la red de biomasa que tiene su central en la Feria de Valladolid. Una central térmica más pequeña que se encuentra, explica Sergio Lara, «al 100% de su capacidad» actual. Desde Valladolid Oeste se dará servicio a esta red de Huerta del Rey, lo que permitirá abastecer a los interesados de la zona que ahora no podrían conectarse por exceder la capacidad de la central existente. «Se dividió en ocho fases, se han ejecutado cinco y faltan tres», explica Lara. Son la 6, la 7 y la 8.2. Puesto sobre el mapa, la calle Sementera, la avenida Ramón Pradera hasta Duque de Lerma y la calle Francesco Scrimieri hasta la Cúpula del Milenio. En ese punto, por ejemplo, se conectará a la red de calor el edificio de Usos Múltiples.
Incluso se ha dado un caso en el que un edificio nuevo, en la calle Las Eras, se ha conectado directamente a la red de calor. En esa misma zona, a modo de ejemplo del servicio que puede prestar este entramado de tuberías y centrales térmicas a base de astilla, se podrán conectar la Feria de Valladolid, Telefónica, Cámara de Comercio, una escuela infantil, el edificio Duque de Lerma, siete comunidades de vecinos de la calle Mariano García Abril, otras nueve en Ramón Pradera, cinco en Leopoldo Castro, tres en la calle Trilla y una en la avenida Gloria Fuertes.
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El acumulador que destaca junto al Real de la Feria es una novedad compartida. Hay otro, en realidad, en el campus Miguel Delibes. Con un matiz diferente respecto a este, y es que el universitario ni siquiera se ubica, por razones de espacio, junto a las calderas y al resto de las instalaciones, sino que se encuentra, por decirlo así, a mitad de camino. La Universidad de Valladolid apuntaba que su construcción permitiría aumentar «la potencia de servicio hasta un 50% gracias al acumulado nocturno» en momentos en que se produzca un pico de demanda.
La central de Valladolid Oeste aún debe montar las calderas. Habrá cuatro cuando se encuentre a pleno rendimiento, pero incluso el proceso de fabricación de estas máquinas resulta complejo. «Los periodos de fabricación son de más de un año», explica Sergio Lara. Se está trabajando con intención de que las calderas se puedan instalar a finales de enero. En la campaña de calefacción de 2024 estará operativa la instalación, a falta de que se conecten los ramales de Parquesol, que aún estarán en ejecución. Habrá dos calderas de 13.300 kW y otras dos de 11.100 kW, con lo que la potencia de la central será de 48.800 kW nominales.
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Y mientras se trabaja ya con el Ayuntamiento para ubicar las dos siguientes redes en pasar de los planos al tajo: la de Valladolid Este, en terrenos cercanos a San Isidro y la de Valladolid Sur, en una parcela cercana a la de Auvasa, en Argales.
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