Valladolid
La reconstrucción de la cúpula de la Vera Cruz permitirá aligerarla 16 toneladasSecciones
Servicios
Destacamos
Valladolid
La reconstrucción de la cúpula de la Vera Cruz permitirá aligerarla 16 toneladasLa reconstrucción de la cúpula de la Iglesia de la Santa Vera Cruz avanza en el silencio de las alturas con tareas discretas en cuanto a ejecución, pero visibles para conseguir la perfección de la nueva estructura desde puntos como la calle de la Platería ... o Felipe II.
Unos trabajos cuyo principal objetivo es aligerar pesos en esa zona superior además de mejorar la propia construcción recuperando el uso de elementos constructivos originales como, por ejemplo, la pizarra negra en vez teja cerámica plana. Sólo un dato inicial para ilustrar la crónica de la reconstrucción: las nuevas cubiertas pesarán prácticamente 15 toneladas menos que las colapsadas al mediodía del pasado 25 de junio.
Y es que, a las pocas horas de aprobarse la licencia municipal hace dos semanas, los operarios ya estaban retirando las vigas resquebrajadas que aún permanecían unidas al tambor del viejo octógono e incluso ladrillos y mortero en la base del apoyo de la cubierta «con la intención de que la nueva cimentación sea más consistente y conforme un mejor sustento para la nueva cúpula».
Estos trabajos han significado quitar ocho vigas, seis eran originales de la época de construcción de la estructura y las otras dos de una modificación posterior, pero también han evidenciado a técnicos y cofradía, la propiedad de esta histórica penitencial, que «la estructura de madera del octógono superior de los tejados del templo estaba en bastante mal estado con vigas de madera que al retirarlas se deshacían por simple manipulación», según ha documentado el arquitecto del proyecto de recuperación, Fernando Bonrostro, al considerar del mismo modo que «no se apreciaba, menos desde cierta distancia, pero las vigas estaban podridas y algunos tramos de la madera desechos con lo que acabaron colapsando al no resistir más el peso de la pesada linterna».
Estas labores han ido en paralelo a analizar y documentar la situación en esa parte superior de la iglesia: desde los propios materiales hasta su endeble sujeción por el paso del tiempo y la afección negativa de extremas condiciones meteorológicas de calor y frío, aunque no es menos cierto que la tarea ha sido relativamente rápida porque desde el mismo momento del colapso de la cúpula ya se despejó la zona de cascotes y otros elementos que habían quedado colgando y que pudieran significar riesgo de caída. Por esto se afianzó todo el entorno de la cubierta y en verano también se erigió un gran andamio en esa zona del crucero del templo para, a su vez, avanzar en tareas que había que hacer sí o sí con la concesión de la licencia y así intentar rebajar plazos a unas obras que siempre han perseguido el objetivo de estar concluidas para la Semana Santa de 2025 «pero sin acelerar, con paso firme, trabajando sin prisas sino afianzando y consolidando cada fase que se ejecuta».
En la actualidad, desde esta semana, hay momentos en que están en el tajo de la Vera Cruz, algunos de manera esporádica para tomar medidas y supervisar, hasta una docena de personas entre albañiles, herreros, carpinteros… además de técnicos de la constructora o el propio arquitecto, si bien el número fijo que está en las alturas es de 7, que precisamente ahora son los que están dedicados a construir una hilada en el tambor pero más fuerte que la anterior. Se trata de la colocación de ladrillos en todo el perímetro del tambor, unos junto a otros y sucesivamente a una misma altura, hasta ir superponiéndolos a la medida exacta y que integrarán el muro de carga o tambor para la propia sujeción de la cúpula y, a su vez, de la linterna superior, que fue realmente el pesado elemento que provocó el colapso.
La mencionada hilada, como informa el propio arquitecto, «subirá aproximadamente medio metro la altura del tambor respecto del anterior, aunque será inapreciable desde la calle». En este sentido detalla que alzar este muro servirá a futuro para mejorar la propia conservación de los tejados porque se creará una ventilación más idónea al espacio atmosférico donde se eleva. Asimismo, la consecución de esta hilada ha coincidido con la instalación de una cúpula metálica, provisional, que se ha montado para tener la certeza de la estructura geométrica «que se quiere y se debe conseguir en la consecución de esta obra». Se trata de un gran paraguas de hierro con 32 radios al centro sobre el cual se van tomando medidas in situ y que, además, estos días, ha estado por momentos cubierto por una gran lona para evitar en la medida de lo posible la entrada de agua por la lluvia.
Esta estructura abovedada también está permitiendo afianzar los cálculos arquitectónicos y constructivos de pesos de la nueva cúpula con su nueva linterna más allá de los tecnicismos sobre un plano. Así las cosas, tal y como desvela Fernando Bonrostro, de abajo arriba y siendo estructuras independientes, la cúpula pasará de 6 a 5 toneladas, casi circunstancial, porque realmente la rebaja destacable e importante para el propio sustento del conjunto es el descenso del peso de la linterna que pasará de las 16 toneladas actuales a las cerca de 2 futuras.
¿La razón de tanta diferencia? Pues que para los técnicos reducir el peso de la linterna es fundamental porque, si bien es verdad que la nueva no cargará o reposará sobre la cúpula, «porque entendemos que es un peso innecesario que no le ayuda al edificio», sí descargará su volumen sobre la estructura del nuevo tambor -por eso se ha reforzado su construcción-. En total, 15 toneladas menos de peso con los nuevos elementos gracias a la ejecución del elemento con rasilla hueca en lugar de ladrillo macizo como estaba.
La reconstrucción de la cúpula es una obra de albañilería in situ erigida en octógono con 8 grandes vigas de madera y otras tantas traviesas cruzadas en la base para dar sustento a otros cuarenta listones para entre todo conformar la nueva cúpula que a su vez estará forrada en el exterior con pizarra negra. Por encima, la linterna, el elemento más diferenciador del templo y singular de la obra, porque se fabricará a medida e íntegramente en un taller especializado en Burgos, en la empresa Arte y Construcción, y su instalación será una fase muy llamativa porque primeramente se montará a ras de suelo y luego se colocará en la zona superior con una grúa de gran tonelaje.
Así, la conexión del cimborrio con la cubierta será una rosca de ladrillo y cerámica, materiales de gran durabilidad para la linterna que, con todos sus elementos constructivos -tejado, ladrillo y la recuperación de las ocho ventanas originales- junto con los ornamentales -la bola dorada con la veleta-, permitirá que el skyline de la ciudad vuelva a contar con los 28 metros de altura de la penitencial o, lo que es lo mismo, el templo de la Vera Cruz hasta su punto más alto es como un edificio de entre 9 y 10 plantas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.