
En Hornillos de Eresma, localidad situada a 11 kilómetros de Olmedo y con 165 habitantes empadronados, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la ... conexión a Internet es «malísima». Una «patata». Allí, quienes quieren teletrabajar, unos seis o siete residentes, tienen que ingeniárselas para conseguir que la red permanezca diez minutos seguida en línea.
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Una de ella es Coral López. Es alcaldesa del municipio y está viviendo en primera persona este «calvario», pues es coordinadora de Madison. «Desde que se decretó el estado de alarma he tenido que llamar dos veces a la compañía telefónica porque no iba ni para adelante ni para atrás. Por fin me hicieron caso y vinieron a cambiarnos el rúter, pero funciona igual de mal; hay horas puntuales que estamos todos los del pueblo teletrabajando y va fatal, es horrible», lamenta esta sufrida usuaria.
Se ha vuelto inseparable de este aparato. No solo de tanto reiniciarlo, sino porque si quiere «probar suerte» con la conexión en la planta de arriba de su vivienda, tiene que llevársele «a cuestas». «Si estoy en la parte de abajo tengo que estar en el dormitorio porque da más a la calle, y si estoy teletrabajando y por lo que sea tengo que subir arriba, para que tenga mejor señal tengo que llevar el rúter conmigo», reconoce.
Asimismo, cree que «mientras esto no se solucione es imposible que la gente quiera venir al medio rural a vivir». «Yo no me vendría a un pueblo como Hornillos si no tengo los medios suficientes tanto para trabajar como para disfrutar en mi tiempo libre. A mi no me queda otra porque estamos con esta historia, pero te pilla una situación como esta y ahí es cuando te das cuenta de que es un problema verdaderamente grande; no somos ciudadanos de segunda, aunque así nos hagan sentir», añade.
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La cobertura de telefonía solo es accesible con una compañía en concreto (si eres cliente de cualquier otra, dice, estás «incomunicado»), y cada vez que quiere enviar un correo electrónico tiene que «armarse de paciencia». «Como quieras descargarte algo que pese mucho hay que esperar largo y tendido; si quiero mandar un e-mail con fotos para la oficina de turismo o cualquier otra cosa, y lo hago desde mi correo al del ayuntamiento, como meta más de diez fotos no llega nunca, es terrible», subraya. En este sentido, considera «inconcebible» el hecho de que «haya gente que tiene 1 giga y nosotros seguimos todavía con 3 megas».
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